Amigos en la Tierra y el Cielo



María era una adolescente que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. A pesar de que tenía amigos y familia, a menudo se encontraba sintiéndose sola y asustada.

Tenía miedo de estar sola en casa, especialmente cuando sus padres estaban fuera trabajando. Un día, mientras caminaba por el parque del pueblo, María encontró un pequeño libro titulado "Cómo hacer amigos con tu Ángel de la Guarda". Intrigada por el título, decidió llevarlo a casa para leerlo.

Después de leer el libro varias veces, María comenzó a sentirse más segura y protegida. Cada noche antes de dormir, ella hablaba con su Ángel de la Guarda y le pedía que la cuidara mientras dormía.

También aprendió a confiar más en sí misma y en su capacidad para enfrentar situaciones difíciles. Sin embargo, aunque se sentía más segura gracias a su Ángel de la Guarda, todavía tenía problemas para lidiar con su perrita Lola.

Era muy traviesa e inquieta y siempre estaba causando algún problema. Un día mientras jugaba con Lola en el jardín trasero, María notó algo extraño en el comportamiento del perro. Parecía estar olfateando algo cerca del seto del fondo del jardín.

Cuando María se acercó para ver qué estaba pasando, descubrió un pequeño cachorro abandonado detrás del seto. "¡Mira lo que encontramos!" dijo María emocionada mientras levantaba al cachorro sucio pero adorable.

Lola comenzó a saltar alrededor del cachorro como si supiera que había encontrado un nuevo amigo. Maria decidió que era el momento perfecto para enseñarle a Lola cómo cuidar y proteger a su nuevo amigo.

Juntas, las dos perras se ocuparon de bañar y cuidar al cachorro mientras María buscaba un hogar permanente para él. Finalmente encontraron una familia amorosa que adoptó al cachorro y lo cuidaría por el resto de su vida.

María estaba feliz de haber ayudado a un animal necesitado, pero también se sintió orgullosa de sí misma por haber enfrentado sus miedos y aprendido cómo hacer amigos con su Ángel de la Guarda. Desde ese día en adelante, María nunca más se sintió sola o asustada.

Sabía que tenía amigos tanto en la tierra como en el cielo, y eso le dio la confianza para enfrentarse a cualquier cosa que pudiera venir en su camino.

FIN.

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