Amigos en la tormenta



Había una vez en un hermoso jardín, un pequeño colibrí llamado Mateo y una preciosa flor llamada Rosa.

Mateo era un colibrí curioso y alegre que todos los días revoloteaba de flor en flor buscando néctar para alimentarse, mientras que Rosa era una flor radiante y colorida que desprendía un aroma dulce y embriagador. Un día, mientras Mateo revoloteaba de flor en flor, se detuvo frente a Rosa y quedó maravillado por su belleza.

-¡Hola! ¿Cómo te llamas? -preguntó el colibrí con entusiasmo. -Rosa, me llamo Rosa. ¡Qué gusto conocerte, Mateo! -respondió la flor con alegría. Desde ese día, Mateo y Rosa se volvieron grandes amigos.

El colibrí visitaba a la flor todos los días, compartían historias y se divertían juntos. Sin embargo, un día oscuro y nublado llegó al jardín. Una fuerte tormenta se acercaba rápidamente y amenazaba con destruir todas las flores. -¡Rosa, debes protegerte de la tormenta! -exclamó preocupado Mateo.

-No te preocupes por mí, querido amigo. Lo importante es que estés a salvo tú también -respondió valientemente la flor. Mateo no dudó ni un segundo y decidió buscar refugio para ambos.

Con su rápido vuelo llevó a Rosa a resguardarse bajo una frondosa planta cercana donde estarían seguros de la tormenta que se acercaba rápidamente. La tormenta fue intensa pero corta. Cuando finalmente pasó, el sol volvió a brillar sobre el jardín.

Las flores estaban mojadas pero sanas gracias al valiente actuar de Mateo. -¡Gracias por salvarme, querido amigo! Eres realmente especial -dijo emocionada Rosa. -Y tú eres la más valiente de todas las flores del jardín.

Gracias por enseñarme lo importante que es cuidar a quienes amamos -respondió cariñosamente el colibrí. Desde ese día, Mateo y Rosa siguieron siendo grandes amigos inseparables en el hermoso jardín lleno de vida y color.

Aprendieron que la verdadera amistad va más allá de las diferencias entre ellos y que siempre estarían ahí uno para el otro en los momentos difíciles.

Y así, el pequeño colibrí y la hermosa flor demostraron al mundo entero que no importa cuán diferentes podamos ser, lo importante es cuidarnos mutuamente y estar presentes en cada momento especial como verdaderos amigos para toda la vida. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero nuestra amistad seguirá floreciendo como lo hacen las rosas en primavera. "

FIN.

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