Amigos en las Letras
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Mateo. Mateo era inteligente, amable y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.
Tenía un mejor amigo llamado Lucas, quien era muy divertido y siempre hacía reír a todos con sus ocurrencias. Un día, mientras Mateo y Lucas caminaban hacia la escuela, se dieron cuenta de que algo extraño sucedía. En el patio del colegio, varios niños se reían y señalaban a alguien.
Mateo sintió curiosidad y decidió acercarse para ver qué ocurría. Al llegar al lugar, descubrió que los niños se estaban riendo de Lucas.
Aunque no entendía por qué lo hacían, sabía que debía hacer algo para ayudar a su amigo. Se acercó a él con una sonrisa en el rostro y le preguntó:"-Lucas, ¿por qué se están riendo de ti?"Lucas bajó la cabeza avergonzado y respondió: "-No lo sé, Mateo.
No entiendo por qué se burlan de mí. "Mateo no podía permitir que su amigo siguiera sintiéndose triste por las risas de los demás. Decidió investigar más sobre lo que estaba ocurriendo.
Esa misma tarde, después de terminar las clases, Mateo fue en busca de respuestas. Habló con algunos compañeros para saber qué pasaba exactamente con Lucas. Uno de ellos le explicó que los niños se reían porque Lucas tenía dificultades para leer en voz alta frente al resto del grupo.
Esto generaba momentos incómodos durante las clases y algunos aprovechaban esa situación para burlarse de él. Mateo entendió que Lucas necesitaba ayuda y apoyo en lugar de risas.
Decidió hablar con su maestra, la Señorita Ana, para contarle lo que estaba pasando. La Señorita Ana escuchó atentamente a Mateo y decidió tomar medidas para ayudar a Lucas. Organizó una actividad especial en la clase donde todos podrían compartir sus talentos y habilidades sin ser juzgados.
El día de la actividad llegó y cada niño tuvo la oportunidad de mostrar algo especial. Mateo se acercó al frente del salón y contó un chiste divertido que hizo reír a todos. Luego, llamó a Lucas para que mostrara su talento.
Lucas era muy bueno dibujando e hizo un hermoso retrato en pocos minutos. Todos quedaron impresionados por su habilidad y comenzaron a aplaudir emocionados. Desde ese día, los niños del colegio dejaron de reírse de Lucas.
En cambio, admiraban su talento artístico y buscaban su amistad. Y aunque Mateo siempre había sido el mejor amigo de Lucas, ahora eran aún más cercanos debido a esta experiencia.
La historia de Mateo y Lucas enseña una valiosa lección: nunca debemos burlarnos o hacer sentir mal a alguien por sus dificultades o diferencias. En cambio, debemos ser comprensivos, solidarios y buscar maneras de ayudarlos a superar sus obstáculos.
Y así fue como Mateo demostró que la verdadera amistad va más allá de las risas superficiales; es el apoyo incondicional cuando alguien necesita una mano amiga.
FIN.