Amigos en llamas



Érase una vez, en un hermoso bosque de la Patagonia Argentina, vivía un águila llamada Aurora y un conejo llamado Benito.

Ambos eran muy diferentes, pero tenían algo en común: su curiosidad por conocer el mundo más allá de sus hogares. Un día soleado, mientras volaba en busca de alimento, Aurora divisó a Benito saltando entre los arbustos y decidió acercarse a él. Al verla acercarse, el conejo se asustó y corrió hacia su madriguera.

Pero Aurora no se dio por vencida y con una voz suave le dijo:- ¡No tengas miedo! Soy Aurora, el águila del bosque. Solo quiero ser tu amiga. Benito salió tímidamente de su escondite y miró a Aurora con cautela.

- ¿Amigos? - preguntó Benito sorprendido - Pero somos tan diferentes... Aurora sonrió amablemente y respondió:- Precisamente porque somos diferentes podemos aprender mucho uno del otro.

Tú eres rápido y astuto, mientras que yo tengo una vista privilegiada desde las alturas. Juntos podríamos explorar lugares increíbles. Benito reflexionó sobre las palabras de Aurora y poco a poco fue dejando atrás su temor. - Está bien... Seremos amigos - aceptó el conejo con alegría.

Desde ese día, Aurora y Benito pasaron mucho tiempo juntos. El águila llevaba al conejo a volar sobre los majestuosos lagos cercanos al bosque, mostrándole paisajes que nunca antes había visto.

Y Benito enseñaba a Aurora cómo moverse sigilosamente entre los arbustos, enseñándole a camuflarse para cazar mejor. Un día, mientras exploraban una montaña, Aurora divisó un incendio forestal que amenazaba con destruir todo a su paso. Ambos sabían que debían hacer algo para salvar el bosque y a sus amigos animales.

- Benito, necesitamos ayuda. Vuela lo más rápido que puedas y avisa a los demás animales del peligro - dijo Aurora con determinación. El conejo asintió y corrió tan rápido como sus patitas le permitieron.

En poco tiempo, reunió a todos los animales del bosque: venados, zorros, pájaros y hasta osos. Juntos formaron una cadena humana llevando agua desde el río hasta el incendio para apagar las llamas.

Aurora volaba sobre ellos guiando su camino y alertándolos de cualquier cambio en la dirección del fuego. Finalmente, después de horas de arduo trabajo en equipo, lograron extinguir el incendio y salvaron el bosque.

Todos los animales se reunieron alrededor de Aurora y Benito para celebrar su valentía y amistad. Desde ese día, el águila y el conejo fueron reconocidos como héroes del bosque. La historia de Aurora y Benito nos enseña que la verdadera amistad no tiene barreras ni prejuicios.

A través del respeto mutuo y la colaboración podemos lograr cosas increíbles juntos. Y así fue como un águila majestuosa y un pequeño conejo se convirtieron en los mejores amigos del mundo entero.

FIN.

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