Amigos en Madrid



Ana era una niña muy curiosa y aventurera que vivía en un pequeño pueblo en las afueras de Madrid. Un día, decidió escaparse de casa para explorar la gran ciudad por su cuenta.

Sin embargo, se perdió entre los altos edificios y las calles llenas de gente. - ¡Ay, me he perdido! -se lamentaba Ana mientras caminaba sin rumbo fijo.

Mientras intentaba encontrar su camino de regreso a casa, Ana vio a lo lejos a un grupo de personas rodeando a alguien. Se acercó con curiosidad y descubrió que era su cantante favorito, Martín Cantú, quien estaba dando un concierto sorpresa en plena calle.

- ¡Martín Cantú! ¡Eres mi ídolo! -exclamó Ana emocionada mientras sacaba su cámara para tomarse una foto con él. Martín Cantú sonrió y accedió encantado a tomarse la foto con Ana. Después del concierto improvisado, Ana y Martín empezaron a charlar y pronto se dieron cuenta de que tenían mucho en común.

- ¿Qué haces por aquí sola? -preguntó Martín preocupado. - Me escapé de casa para explorar la ciudad, pero me perdí -respondió Ana avergonzada. - Bueno, no te preocupes.

Te ayudaré a encontrar el camino de regreso a casa -dijo Martín con amabilidad. Juntos, recorrieron las bulliciosas calles de Madrid mientras Martín le contaba historias sobre sus giras musicales y sus experiencias en la industria musical.

Ana estaba fascinada por todo lo que aprendía y se sentía muy feliz de haber conocido a su cantante favorito. Finalmente, después de muchas aventuras juntos, llegaron al pueblo donde vivía Ana. Sus padres estaban muy preocupados por ella y la recibieron con abrazos emocionados.

- Gracias por traerla sana y salva, Martín Cantú -agradeció el padre de Ana. - Ha sido un placer ayudarla. Además, hemos pasado un día genial juntos -respondió Martín con una sonrisa sincera.

Desde ese día en adelante, Ana y Martín se convirtieron en grandes amigos. Él la invitaba a sus conciertos e incluso le enseñaba algunos trucos musicales.

Y cada vez que recordaban cómo se conocieron aquella tarde inolvidable en las calles de Madrid, ambos sonreían sabiendo que la amistad puede surgir en los lugares más inesperados.

FIN.

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