Amigos en momentos difíciles
Era un día como cualquier otro para Tomás, quien se levantó temprano y se preparó para ir a la escuela. Llegó al salón de clases y se dio cuenta de que su mejor amigo Nicolás no estaba allí.
Le envió un mensaje preguntando qué pasaba, y Nicolás le respondió diciendo que estaba enfermo. Tomás se sintió triste por no tener a su amigo en clase, pero decidió seguir adelante con sus actividades escolares.
Al final del día, cuando salía de la escuela, tres alumnos mayores lo atacaron sin previo aviso. Tomás estaba asustado y confundido. "¡Dejenme en paz!" gritó mientras intentaba escapar del grupo de chicos mayores.
Pero los agresores continuaron golpeándolo hasta que cayó al suelo. Tomás cerró los ojos con fuerza esperando que todo terminara pronto. Cuando abrió los ojos nuevamente, vio a una persona acercarse corriendo hacia él. Era uno de sus profesores favoritos, el Sr. García.
"¿Estás bien? ¿Te lastimaste?" preguntó el Sr. García mientras ayudaba a Tomás a levantarse del suelo. "Sí... estoy asustado" respondió Tomás temblando aún por el miedo.
"Tranquilo, ya pasó todo" dijo el maestro tratando de tranquilizarlo"Vamos juntos a hablar con la directora".
En ese momento Tomás comprendió que no había nada malo en pedir ayuda cuando alguien necesita protección o está siendo vulnerable ante situaciones desconocidas o peligrosas como esa situación violenta e injusta en la cual había sido atacado. El maestro y la directora de la escuela escucharon atentamente lo que había sucedido y tomaron medidas para asegurar que Tomás estuviera seguro en el futuro.
Además, decidieron impartir una charla sobre el acoso escolar para concientizar a los estudiantes sobre la importancia del respeto hacia los demás.
Tomás aprendió mucho de esa experiencia, y se dio cuenta de lo importante que es tener amigos verdaderos y contar con adultos confiables cuando las cosas no salen como uno espera. También se sintió feliz al sabar que contaba con personas en quien confiar y pedir ayuda si alguna vez volvía a pasar algo parecido.
Desde entonces, Tomás siempre se aseguró de ser amable con todos sus compañeros de clase, sin importar quiénes fueran o cómo lucieran. Y nunca olvidó la lección más valiosa: siempre hay alguien dispuesto a ayudarte si lo necesitas.
FIN.