Amigos en movimiento



Un día soleado, la pelotita estaba rodando por el jardín del colegio en busca de nuevas aventuras. Saltaba y rebotaba felizmente, pero sentía que le faltaba algo. Quería un compañero con quien compartir sus travesías.

Mientras tanto, en una esquina del patio, había un tubo de cartón abandonado. El tubo se sentía solo y aburrido, sin ninguna utilidad. Pero cuando la pelotita lo encontró, todo cambió.

La pelotita se acercó emocionada al tubo y le dijo: "-¡Hola! ¿Quieres ser mi amigo? Juntos podemos explorar el mundo y vivir grandes aventuras". El tubo de cartón no podía creerlo. Nunca antes nadie había querido ser su amigo.

Con una sonrisa enorme en su rostro respondió: "-¡Sí! Me encantaría ser tu amigo". Desde ese momento, la pelotita y el tubo se volvieron inseparables. Rodaban por todos lados del jardín, saltaban sobre los obstáculos y jugaban con los niños y niñas del colegio.

Un día, mientras exploraban el patio trasero del colegio, vieron a un grupo de niños construyendo una rampa para bicicletas. La pelotita tuvo una idea brillante: podrían usar esa rampa para hacer acrobacias increíbles.

Con mucha emoción, fueron corriendo hacia los niños y les pidieron ayuda: "-¡Chicos! ¿Nos pueden ayudar a subir por esta rampa? ¡Queremos hacer saltos espectaculares!". Los niños aceptaron encantados y colocaron la rampa en posición perfecta para que la pelotita y el tubo pudieran subir.

La pelotita se acomodó dentro del tubo, mientras los niños empujaban con todas sus fuerzas. ¡Fue increíble! La pelotita salió disparada por el aire, dando vueltas y piruetas en el cielo.

Los niños aplaudieron emocionados al ver las acrobacias de su amiga. Pero algo inesperado ocurrió. Mientras la pelotita volaba en el aire, una ráfaga de viento fuerte hizo que perdiera el equilibrio y cayera lejos de la rampa. El tubo, preocupado, fue corriendo hacia donde había caído la pelotita.

Pero para su sorpresa, encontró a la pelotita muy feliz jugando con un grupo de mariposas. "-¡Mira, amigo! ¡Estas mariposas son tan bonitas! Estoy disfrutando mucho este momento", dijo la pelotita radiante de alegría.

El tubo comprendió entonces que aunque no siempre estarían juntos físicamente, siempre serían amigos en sus corazones. Y eso era lo más importante. Desde ese día, la pelotita y el tubo siguieron explorando juntos cada rincón del jardín.

Aprendieron que las aventuras no solo se trataban de saltar rampas o viajar por todo lado, sino también de apreciar los pequeños detalles y disfrutar cada momento. Y así termina esta historia sobre una amistad única entre una pelotita y un tubo de cartón.

Una amistad llena de diversión, exploración y aprendizaje compartido. Porque cuando tienes un amigo verdadero a tu lado, el mundo se vuelve un lugar mágico.

FIN.

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