Amigos en París
Ivan estaba muy emocionado por su primer viaje a París.
A pesar de ser un nene de dos años, no podía esperar para conocer la Torre Eiffel y probar los deliciosos croissants que le habían dicho que vendían en las panaderías francesas. Cuando llegó al jardín de infantes, se encontró con una nena francesa llamada Jack Elina. Tenía tres años y también era nueva en el lugar.
Al principio, Ivan estaba un poco nervioso porque ella hablaba francés y él solo español, pero pronto descubrieron que podían comunicarse a través del lenguaje universal de los niños: la risa y el juego. —"Hola" , dijo Ivan tímidamente mientras miraba a Jack Elina.
Ella sonrió y respondió en francés, pero con gestos hizo entender que quería jugar con él. Juntos corrieron por el patio del jardín infantil, se columpiaron e incluso construyeron un castillo de arena. "¡Divertido!", exclamó Ivan mientras reía a carcajadas.
Pero cuando llegó el momento de regresar a Argentina, Ivan sintió mucha tristeza al tener que dejar a su amiga detrás. Le pidió a sus papás si podrían volver pronto para verla nuevamente.
"¿Podemos volver para ver a Jack Elina?", preguntó Ivan con ojos suplicantes. Sus papás lo miraron amorosamente y le dijeron que sí, que planearían otro viaje pronto para visitarla. Con esa promesa en mente, Ivan volvió felizmente a casa sabiendo que había hecho una amiga especial en París.
Los meses pasaron y Ivan no se olvidó de Jack Elina. A menudo hablaba de ella con sus padres y les pedía que planearan el viaje para volver a verla.
Pero un día, recibió una sorpresa inesperada: Jack Elina había venido a visitar Argentina con su familia. "¡Jack Elina!", gritó Ivan emocionado cuando la vio en su casa.
Los dos amigos abrazaron fuertemente y comenzaron a hablar en su propio idioma, pero esta vez entendían perfectamente lo que el otro decía. Jugaron juntos durante todo el día, mostrándose mutuamente sus juguetes favoritos e incluso compartiendo algunos dulces argentinos.
Al final del día, cuando llegó la hora de despedirse, Ivan sintió un nudo en la garganta al pensar en tener que separarse nuevamente de su amiga. Pero entonces recordó algo importante: aunque vivían lejos uno del otro y hablaban diferentes idiomas, siempre podrían mantenerse conectados como amigos.
Así fue como Ivan aprendió una valiosa lección sobre la amistad: no importa cuán diferentes sean las personas o cuán lejos estén entre sí, si se quieren y trabajan juntas pueden superar cualquier barrera. Y con esa idea en mente, prometió seguir siendo amigo de Jack Elina por siempre.
FIN.