Amigos en París
Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, dos amigos inseparables llamados Mateo y Lucas. Juntos, vivían aventuras emocionantes y compartían risas sin fin.
Pero lo que ellos no sabían era que Lucas guardaba un secreto muy especial: era un licántropo, es decir, podía convertirse en lobo cuando la luna estaba llena. Un día, mientras paseaban por el bosque cercano a su pueblo, Mateo y Lucas encontraron un viejo libro mágico que hablaba sobre París.
Fascinados por las historias de la ciudad del amor, decidieron emprender una increíble aventura para descubrir sus maravillas. Con sus mochilas llenas de entusiasmo y curiosidad, los amigos tomaron un avión hacia París.
Al llegar a la hermosa ciudad francesa, se maravillaron con sus calles empedradas y sus majestuosos edificios. Pero mientras exploraban uno de los parques parisinos, algo extraño sucedió. La luna llena iluminó el cielo nocturno y Lucas comenzó a sentir una extraña sensación en su cuerpo.
Sin poder controlarlo, se transformó en un feroz lobo plateado. Mateo quedó asombrado pero rápidamente recordó la amistad que tenía con Lucas.
Sin temor alguno, le tendió la mano al licántropo y le dijo:"Lucas, eres mi amigo incondicional sin importar cómo te veas físicamente. Juntos enfrentaremos cualquier desafío". Lucas se sintió reconfortado al escuchar estas palabras y juntos continuaron explorando París. Sin embargo, algo siniestro se escondía en las sombras.
Un antiguo enemigo de Lucas, llamado Victor, había descubierto su secreto y estaba decidido a traicionarlo. Un día, mientras Mateo y Lucas visitaban la famosa Torre Eiffel, Victor apareció sorpresivamente y secuestró a Lucas con la intención de usar su licantropía para fines malvados.
Mateo no se quedó de brazos cruzados y decidió enfrentar al traidor. Con valentía y astucia, Mateo logró liberar a Lucas utilizando el ingenio que aprendió en sus aventuras anteriores.
Juntos, escaparon de las garras de Victor y se dirigieron hacia un lugar seguro. En ese momento comprendieron que el pasado no define a una persona ni rompe los lazos verdaderos de amistad. A pesar del peligro al que habían enfrentado, su amistad prevalecía más fuerte que nunca.
Decididos a protegerse mutuamente, Mateo y Lucas regresaron a Argentina llevando consigo una gran lección: no importa cuán diferentes seamos o qué secretos guardemos en nuestro interior; lo importante es valorar la amistad sincera y apoyarnos incondicionalmente.
Y así fue como estos dos amigos demostraron al mundo entero que juntos podían superar cualquier obstáculo. Con sus corazones llenos de amor y valentía, continuaron viviendo increíbles aventuras mientras forjaban recuerdos imborrables para toda la vida.
FIN.