Amigos entre nubes



Las gotas de agua se separaron y comenzaron a caer en diferentes direcciones. Una de las gotas, llamada Gotañita, cayó en un hermoso lago rodeado de montañas verdes. Gotañita estaba asustada y triste por haberse separado de sus amigas.

No sabía qué hacer ni cómo volver con ellas. Pero pronto se dio cuenta de que no estaba sola en ese lago. Había otras gotitas de agua que también habían caído allí.

Una pequeña ola del lago se acercó a Gotañita y le dijo: "Hola, ¿eres una nueva gota? Bienvenida al lago". Gotañita le respondió tímidamente: "Sí, me llamo Gotañita y estoy perdida. Me separé de mis amigas en la nube".

La pequeña ola sonrió y le dijo: "No te preocupes, aquí encontrarás nuevas amistades y vivirás muchas aventuras emocionantes". Gotañita comenzó a sentirse un poco mejor al escuchar esas palabras reconfortantes. Pasaron los días y Gotañita hizo nuevos amigos en el lago.

Conoció a Ondulito, una ondulación suave del agua que siempre tenía historias divertidas para contar; a Brilliante, una gota brillante que reflejaba la luz del sol con su superficie reluciente; y a Remolinito, una pequeña corriente que llevaba consigo hojas y ramitas mientras fluía por el lago.

Juntos, formaron un grupo inseparable. Compartieron risas, juegos e historias maravillosas. Pero aunque estaban felices en el lago, Gotañita aún anhelaba reunirse con sus amigas perdidas.

Un día, mientras jugaban cerca de la orilla del lago, una brisa suave sopló y llevó a Gotañita hacia arriba. Ella se elevó en el aire y pudo ver desde lo alto que había más nubes en el cielo. Sabía que debía intentar volver con sus amigas.

Gotañita voló tan rápido como pudo siguiendo la corriente de viento. Saltaba entre las nubes, buscando desesperadamente a sus amigas. Pero no las encontraba por ningún lado. De repente, escuchó una voz conocida: "-¡Gotañita! ¡Aquí estamos!".

Era Ondulito, Brilliante y Remolinito, quienes habían seguido a Gotañita en su búsqueda. "-No podíamos dejarte ir sola", dijo Ondulito con una sonrisa. "-Somos amigos y siempre estaremos juntos". Gotañita se sintió feliz y emocionada al ver a sus amigos nuevamente.

Juntas, volaron entre las nubes hasta encontrar su nube original donde vivían todas las gotitas de agua. Al llegar allí, fueron recibidos con abrazos y alegría por parte de las demás gotas.

La nube estaba completa nuevamente y todos celebraron el regreso de Gotañita y sus amigos. Desde ese día en adelante, Gotañita valoró aún más la importancia de la amistad verdadera.

Aprendió que aunque los caminos pueden separarnos temporalmente, siempre podemos encontrar nuestro camino de regreso si tenemos amigos leales junto a nosotros. Y así fue como las gotas de agua comprendieron que, aunque el viento las había separado, su amistad y amor las mantendrían siempre unidas.

Juntas vivirían aventuras emocionantes y compartirían momentos inolvidables en su eterno viaje por el cielo.

FIN.

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