Amigos inesperados


Había una vez un príncipe llamado Oloroso que vivía en un castillo rodeado de jardines y flores. A pesar de su riqueza, el príncipe era muy solitario y triste.

Siempre se quejaba de su olor corporal y se sentía rechazado por los demás. Un día, mientras paseaba por el bosque cercano al castillo, encontró a un unicornio llorando. El príncipe se acercó con cautela y preguntó: "¿Qué te pasa, amigo?".

"Me siento muy solo", respondió el unicornio. "Todos me tienen miedo por mi cuerno". El príncipe entendió cómo se sentía el unicornio porque él también había sido rechazado muchas veces. Decidió hacerse amigo del unicornio y juntos comenzaron a explorar el bosque.

En uno de sus paseos, conocieron a una ogra que estaba comiendo caca. El príncipe sintió asco pero decidió no juzgarla. La ogra les explicó que ella comía caca para sobrevivir ya que no tenía otra fuente de alimento.

El príncipe aprendió una valiosa lección sobre la importancia de no juzgar a los demás sin conocerlos primero. Mientras seguían caminando, escucharon unos gritos provenientes del otro lado del bosque.

Al llegar allí, vieron a Miedo corriendo desesperadamente por todas partes. "¡Ayuda! ¡Hay un monstruo detrás mío!", gritaba Miedo. El príncipe tranquilizó a Miedo y le aseguró que ellos lo protegerían. Descubrieron que el —"monstruo"  era solo un árbol con una sombra extraña.

Después de esa experiencia, Miedo se sintió mucho más seguro y aprendió a no dejarse llevar por sus miedos irracionales.

Finalmente, llegaron a un claro del bosque donde conocieron a Risa, una hada muy divertida que les enseñó la importancia de reír y disfrutar de la vida. El príncipe Oloroso, Unicornio, Ogra, Caca, Miedo y Risa se convirtieron en grandes amigos y descubrieron que todos tienen algo importante que ofrecer al mundo.

Juntos demostraron que la amistad es más fuerte que cualquier diferencia o prejuicio.

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