Amigos inseparables



Había una vez una niña llamada Marta, a quien le encantaba pasar tiempo con sus amigos Marc, Pau, Alba y Sara. Juntos disfrutaban de aventuras emocionantes y siempre se divertían mucho.

Marta era una niña muy especial porque tenía epilepsia. A veces, sin previo aviso, su cuerpo se sacudía violentamente y perdía el conocimiento durante unos minutos. Sus amigos sabían sobre su condición y siempre estaban pendientes de ella para asegurarse de que estuviera bien.

Un día soleado, Marta invitó a sus amigos a su casa para jugar en el jardín. Estaban muy emocionados por la idea y rápidamente aceptaron la invitación.

Todos llegaron con sus bicicletas y se dispusieron a pasar un día lleno de diversión. Mientras jugaban al escondite entre los árboles del jardín, Marta comenzó a sentir un extraño cosquilleo en su cuerpo. Sabía que esto significaba que un ataque estaba por venir.

Trató de mantener la calma mientras buscaba desesperadamente a sus amigos para pedir ayuda. "¡Chicos! ¡Necesito vuestra ayuda!"- exclamó Marta con voz temblorosa. Marc fue el primero en acercarse corriendo hacia ella. "Tranquila Marta, estamos aquí contigo"- dijo Marc mientras sostenía su mano-.

"Voy a llamar rápidamente a tus padres". Pau tomó la iniciativa y corrió hacia adentro para buscar el teléfono mientras Alba sostenía amorosamente la cabeza de Marta para evitar que se lastimara durante el ataque.

Sara permaneció al lado de Marta, ofreciéndole palabras de aliento y cariño. Mientras esperaban a que llegaran los padres de Marta, sus amigos recordaron algo muy importante que habían aprendido en la escuela.

Habían tenido una clase sobre primeros auxilios y sabían cómo actuar durante un ataque epiléptico. "Recuerden no intentar detener el movimiento de Marta", dijo Alba. "Lo más importante es mantenerla segura y protegida". Marc asintió con la cabeza. "Exacto, también debemos asegurarnos de que su cabeza esté apoyada para evitar lesiones".

Pau regresó rápidamente con el teléfono y llamó a los padres de Marta. Les explicó lo que estaba sucediendo y ellos prometieron llegar lo más rápido posible.

Durante todo ese tiempo, Marta se sentía segura y protegida gracias al amoroso cuidado de sus amigos. Aunque estaba asustada por dentro, sabía que podía confiar en ellos para ayudarla en cualquier situación difícil. Finalmente, los padres de Marta llegaron corriendo al jardín junto con una ambulancia.

Los médicos evaluaron a Marta y le dieron las medicinas necesarias para recuperarse del ataque. Después del susto, todos se sentaron juntos en el césped mientras disfrutaban del sol cálido.

Los padres de Marta expresaron su gratitud hacia Marc, Pau, Alba y Sara por haber estado allí cuando ella más los necesitaba. "Ustedes son verdaderos amigos", dijo la mamá de Marta con lágrimas en los ojos-. "Gracias por cuidar tan bien de nuestra niña". Los amigos sonrieron y abrazaron a Marta.

Sabían que, aunque ella tuviera epilepsia, eso no la hacía diferente o menos especial. Al contrario, su amistad se había fortalecido aún más al enfrentar juntos los desafíos de la vida.

Desde ese día, Marta y sus amigos siempre estuvieron preparados para cualquier situación que pudiera surgir. Aprendieron sobre primeros auxilios y continuaron siendo un apoyo incondicional el uno para el otro.

Y así, Marta siguió disfrutando de su infancia llena de risas y aventuras junto a sus amigos especiales. Juntos demostraron que la verdadera amistad supera cualquier obstáculo y hace que cada día sea especial e inolvidable.

FIN.

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