Amigos insólitos


Había una vez una niña llamada Juan que, a pesar de no tener cabeza, siempre estaba dispuesta a vivir aventuras. Un día, mientras caminaba por un oscuro sendero, se encontró con un extraño animal que nunca había visto antes.

Era un ornitorrinco analfabeto que devoraba sanguijuelas. —"Hola" , dijo Juan con su voz suave y dulce. —"Hola" , respondió el ornitorrinco sorprendido al ver a la niña sin cabeza. "¿Quién eres tú?", preguntó curiosa Juan.

"Soy un ornitorrinco", respondió el animal orgulloso de sí mismo. Juan y el ornitorrinco comenzaron a conversar animadamente sobre sus vidas y las cosas que les gustaban hacer.

A pesar de ser muy diferentes entre sí, descubrieron que tenían muchas cosas en común y se convirtieron en buenos amigos. Sin embargo, la amistad de Juan y el ornitorrinco no duraría mucho tiempo. Mientras caminaban juntos por el oscuro sendero, se toparon con una puerta gigante que los conducía directamente al infierno.

El corazón de Juan latía fuerte en su pecho mientras miraba hacia abajo en la boca del infierno.

¿Qué iba a pasar ahora? De repente, algo increíble sucedió: El ornitorrinco analfabeto sacó unas alas mágicas de debajo de sus patas traseras y voló hacia la puerta del infierno para cerrarla con fuerza antes de que ellos fueran arrastrados dentro. "¡Eres increíble!", exclamó Juan maravillada por la valentía de su amigo.

"Bueno, no soy muy listo, pero tengo algunos trucos bajo la manga", respondió el ornitorrinco modestamente. Juan y el ornitorrinco continuaron su camino juntos, viviendo muchas aventuras increíbles.

Aprendieron que a pesar de las diferencias entre ellos, había mucho que podían aprender mutuamente y que siempre podían contar el uno con el otro en momentos difíciles. Y así termina nuestra historia infantil inspiradora y educacional sobre Juan sin cabeza y su amigo el ornitorrinco analfabeto devorador de sanguijuelas.

Dirección del Cuentito copiada!