Amigos intrépidos en la selva
Había una vez en la selva un elefante grande y fuerte llamado Trompitas, a quien le encantaba pasear por el bosque y observar a los demás animales.
Un día, mientras caminaba cerca de un arroyo, escuchó un llanto suave y triste que lo hizo detenerse. Al acercarse con cuidado, descubrió a una pequeña tortuga llamada Toto que se sentía muy sola y desprotegida. Sus ojitos estaban llenos de lágrimas y su caparazón brillaba tristemente bajo el sol.
Trompitas se acercó lentamente a ella y le preguntó:- ¿Por qué lloras, pequeña tortuga? Toto levantó la cabeza sorprendida al ver al imponente elefante frente a ella.
Con voz temblorosa, le contó sobre su soledad y lo asustada que se sentía ante los peligros de la selva. Trompitas sonrió con dulzura y le dijo:- No tengas miedo, querida amiga. Desde hoy seré tu protector y compañero fiel. Juntos recorreremos la selva sin que nadie te haga daño.
La tortuga no podía creer la amabilidad del elefante y emocionada aceptó su ofrecimiento de amistad. Desde ese día, Toto y Trompitas se convirtieron en inseparables amigos.
El elefante cuidaba de la tortuga con cariño, protegiéndola de cualquier peligro que pudiera acecharla. Un día, mientras exploraban un claro en el bosque, escucharon unos rugidos amenazantes provenientes del espeso follaje. De repente, apareció un feroz tigre listo para atacar a Toto.
- ¡Cuidado! -gritó Trompitas mientras interponía su enorme cuerpo entre la tortuga indefensa y el depredador. El tigre gruñía furioso pero no se atrevió a enfrentarse al valiente elefante. Con un poderoso barritido, Trompitas ahuyentó al felino y salvó a su amiga tortuga.
Desde ese día, todos los animales de la selva conocieron la increíble historia de amistad entre Toto y Trompitas. La tortuga ya no se sentía sola ni desprotegida gracias al amoroso cuidado de su amigo elefante.
Y así, juntos demostraron que las verdaderas amistades pueden superar cualquier adversidad y que siempre es mejor tener alguien en quien confiar cuando más lo necesitamos. Fin
FIN.