Amigos mágicos
Había una vez en un bosque encantado, un lobo solitario llamado Lucas. A pesar de su pelaje gris y sus afilados colmillos, Lucas era diferente a los demás lobos.
No le gustaba cazar animales ni asustar a los demás habitantes del bosque. Prefería pasar sus días explorando la naturaleza y observando las estrellas en las noches despejadas. Un día, mientras caminaba por el bosque, una tormenta terrible se desató.
Los truenos retumbaban y los relámpagos iluminaban el cielo oscuro. Lucas buscó refugio bajo un árbol, pero el viento soplaba con tanta fuerza que las ramas comenzaron a romperse y caer alrededor suyo.
Justo cuando parecía que la tormenta lo atraparía, un hada apareció frente a él. El hada tenía cabellos dorados como el sol y alas transparentes como el cristal. Con un gesto de su mano, creó una burbuja protectora alrededor de Lucas, manteniéndolo a salvo del furioso temporal.
"Tranquilo, amigo lobo", dijo el hada con voz melodiosa. "Estás a salvo ahora". Lucas miró maravillado la burbuja mágica que lo protegía y sintió gratitud hacia aquel ser tan bondadoso que había venido en su ayuda.
"¿Cómo puedo agradecerte lo que has hecho por mí?", preguntó Lucas con humildad. El hada sonrió y respondió: "Tienes un corazón noble y gentil, querido lobo. Eso es suficiente para mí".
A partir de ese día, Lucas visitaba al hada con frecuencia en su claro del bosque. Juntos compartían historias sobre sus aventuras y descubrían la belleza oculta en cada rincón del lugar donde vivían. Una mañana, mientras paseaban por la orilla de un arroyo cristalino, escucharon unos llantos provenientes de unos arbustos cercanos.
Al acercarse, encontraron a un cachorro de zorro atrapado entre las ramas espinosas. El hada intentó liberarlo con su magia sin éxito, hasta que Lucas propuso una idea: trabajar juntos para salvar al pequeño zorrito.
Con cuidado y paciencia lograron sacarlo ileso de su aprieto. "¡Gracias por salvarme!", dijo el cachorro entre sollozos. El hada acarició su pelaje anaranjado mientras le explicaba cómo evitar situaciones peligrosas en el futuro.
Desde ese día, el zorrito se convirtió en amigo inseparable de Lucas y del hada. Con el tiempo, más animales del bosque se acercaron al dúo inusual formado por un lobo amable y un hada generosa.
Aprendieron juntos sobre amistad, respeto mutuo e importancia de ayudarse unos a otros en tiempos difíciles. Y así fue como Lucas encontró no solo refugio en aquel bosque encantado sino también amor verdadero y amistades sinceras gracias al hada que cruzó su camino aquella noche tormentosa.
FIN.