Amigos para Siempre



Había una vez una nena llamada Luci que estaba por empezar la escuela. Estaba muy nerviosa y asustada porque no conocía a nadie en su clase y temía no tener amigos con quien jugar o charlar.

Su mamá intentaba calmarla, pero Luci seguía sintiéndose insegura. El primer día de clases, Luci llegó temprano al colegio con el corazón latiéndole fuerte. Al entrar al aula, vio a todos los chicos hablando y riendo juntos.

Se sintió aún más sola y pequeña. La maestra se acercó a ella y le presentó al resto de sus compañeros, pero Luci apenas lograba articular palabra. "Hola, soy Martín", dijo un niño con una sonrisa amable acercándose a Luci.

Esa simple acción hizo que Luci se relajara un poco. Martín se sentó junto a ella y comenzaron a charlar. Descubrieron que tenían gustos en común y pronto se convirtieron en amigos inseparables.

Los días pasaban y Luci ya no sentía miedo de ir a la escuela. Había encontrado en Martín un apoyo incondicional que le daba confianza para relacionarse con los demás chicos.

Juntos participaban en las actividades escolares, jugaban en el recreo e incluso formaron parte del mismo equipo en las competencias deportivas. Un día, la maestra anunció que iban a recibir un nuevo alumno en clase. Todos estaban emocionados por conocerlo, excepto Luci que volvió a sentir esos nervios del primer día.

Cuando el nuevo chico entró al salón, Luci se sorprendió al ver que era una nena llamada Valeria. Valeria se sentó al lado de Luci y rápidamente entablaron conversación. Descubrieron que tenían mucho en común y compartían intereses similares.

Pronto se convirtieron en amigas inseparables también. "¡Qué bueno es tener dos amigas como ustedes!", exclamó Martín contento de ver cómo Luci había superado sus miedos iniciales. Los tres amigos pasaban tiempo juntos dentro y fuera del colegio.

Se divertían descubriendo cosas nuevas, ayudándose mutuamente en las tareas difíciles e inventando juegos emocionantes para jugar juntos. Con el tiempo, Luci ya no recordaba aquellos días de soledad e incertidumbre cuando llegó por primera vez al colegio.

Ahora tenía dos amigos maravillosos con quienes compartir cada momento especial de su infancia.

Así, entre risas, juegos y mucha complicidad, Luci aprendió la valiosa lección de que siempre hay espacio para nuevos amigos en nuestra vida si estamos abiertos a darles una oportunidad.

FIN.

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