Amigos por Siempre
En una hermosa casa de campo, María vivía junto a su fiel compañero, el perro Toby. Cada día, después de terminar sus tareas escolares, María salía al jardín para jugar con Toby.
Un día soleado y caluroso, María decidió que era hora de enseñarle a Toby algunos trucos nuevos. Se sentaron en el césped verde y comenzaron con el primer truco: "¡Toby, siéntate!", dijo María mientras levantaba una galleta frente a él.
Toby se quedó quieto por un momento y luego se sentó obedientemente. María estaba tan emocionada que le dio la galleta como recompensa. "¡Muy bien, Toby! ¡Eres un perro inteligente!", exclamó.
Después de practicar ese truco varias veces más, decidieron pasar al siguiente nivel. "Ahora vamos a intentar algo más difícil", dijo María mientras sostenía una cuerda en su mano. "Toby, ven aquí y atrapa la cuerda", ordenó Maria.
Toby corrió hacia ella y saltó para agarrar la cuerda con su boca. Ambos estaban muy felices con los progresos que estaban haciendo. De repente, oyeron un ruido extraño proveniente del bosque cercano. Era como si alguien necesitara ayuda.
Ambos miraron en esa dirección y vieron a un pequeño conejito atrapado enredado entre las ramas de un árbol caído. "¡Oh no! ¡Tenemos que ayudarlo!", exclamó María preocupada por el pobre animalito indefenso. Sin perder tiempo, ella y Toby corrieron hacia el conejito atrapado.
María intentó liberar al conejito, pero las ramas estaban muy apretadas. "Toby, necesitamos tu ayuda", le dijo a su perro mientras lo miraba con determinación en sus ojos. Toby entendió inmediatamente lo que María quería decirle.
Se acercó al árbol caído y comenzó a morder las ramas con cuidado para no lastimar al conejito. Después de un rato, finalmente lograron liberarlo. El conejito saltó de alegría y agradecimiento. María sonrió y acarició a Toby por su valentía y ayuda.
"¡Eres el mejor perro del mundo, Toby!", exclamó emocionada. Desde ese día, María y Toby se volvieron inseparables. Juntos, ayudaron a muchos animales en problemas y aprendieron nuevos trucos divertidos cada vez más difíciles.
La historia de María y Toby nos enseña la importancia de la amistad y el valor de ayudar a los demás. También nos muestra que todos tenemos habilidades únicas que podemos utilizar para hacer una diferencia positiva en el mundo.
Así que recuerda, siempre hay algo bueno que puedes hacer por alguien más, sin importar cuán pequeño o grande sea. Tal como María y Toby demostraron, ¡todos podemos marcar la diferencia si nos comprometemos a hacerlo!
FIN.