Amigos salvadores



Había una vez, en un pequeño pueblo de Jaén, un perro llamado Zander. Zander era un perro de color marrón con ojos brillantes y orejas largas.

Vivía en una casita vieja con un señor mayor que lo cuidaba con mucho amor. Un día, mientras Zander estaba jugando en su patio trasero, vio a una gata blanca colarse por el agujero de la cerca.

Era Brina, una gatita traviesa y curiosa que había decidido explorar el territorio del perro. Zander se acercó lentamente a Brina, quien al principio se mostraba recelosa y arqueaba su lomo asustada. Pero Zander le habló con dulzura y le dijo: "-Hola, soy Zander.

¿Qué haces por aquí?" Brina lo miró con cautela pero luego respondió: "-Hola, soy Brina. Estaba explorando y me perdí. "Desde ese momento, Zander y Brina se hicieron inseparables.

Pasaban los días correteando juntos por el campo, cazando mariposas imaginarias y descubriendo nuevos rincones del pueblo. Un día caluroso de verano, mientras caminaban cerca del río, escucharon maullidos desesperados provenientes de unas ramas cercanas al agua. Sin dudarlo ni un segundo, Zander saltó al río y nadó hasta donde provenían los sonidos.

Allí encontraron a un grupo de gatitos atrapados entre las ramas arrastradas por la corriente. Brina maullaba angustiada al ver a sus pequeños en peligro. "-¡Ayuda! ¡Por favor ayuda!", gritaba desconsolada.

Zander no lo pensó dos veces y comenzó a llevar uno por uno a los gatitos hasta la orilla donde Brina los esperaba ansiosa. Uno a uno fueron rescatados gracias al valor y la determinación del perro marrón y la gata blanca.

Desde ese día en adelante, todos en el pueblo admiraban la valentía de Zander y la astucia de Brina para salir adelante en situaciones difíciles.

Zander aprendió que no importa cuán diferentes sean dos seres vivos, siempre es posible encontrar amistad si nos abrimos al otro sin prejuicios ni miedos.

Y así fue como Zander y Brina se convirtieron en leyenda en el pueblo de Jaén; dos amigos inseparables que enseñaron que el amor verdadero trasciende cualquier barrera u obstáculo que se interponga en nuestro camino hacia la felicidad.

FIN.

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