Amigos sin Fronteras

Un día, Faustino estaba paseando en su monopatín por el parque cuando se encontró con un grupo de niños que estaban jugando al fútbol. Faustino se acercó para ver si podía unirse a ellos.

"Hola chicos ¿Puedo jugar con ustedes?" preguntó Faustino. "Sí, claro" respondieron los niños. Faustino estaba emocionado y feliz de poder jugar con sus nuevos amigos.

Durante el juego, uno de los niños le preguntó a Faustino:"¿De dónde eres?""Soy argentino, me mudé aquí hace poco tiempo" respondió Faustino. Los niños se sorprendieron y comenzaron a hacerle muchas preguntas sobre Argentina. Faustino les contó sobre la comida, la música y la cultura de su país natal.

Los niños estaban fascinados y querían saber más. Después del partido, los niños invitaron a Faustino a ir a su casa para tomar algo fresco y seguir hablando sobre Argentina.

Allí también conocieron a Felícitas quien rápidamente hizo amigos con los hermanos pequeños de los nuevos amiguitos de su hermano mayor. Mientras tomaban limonada en el jardín, Faustino recordó una historia que había leído en uno de sus libros favoritos: "El León y El Ratón".

Les contó cómo un pequeño ratón había ayudado a un gran león atrapado en una trampa.

Los niños escucharon atentamente mientras aprendían una valiosa lección sobre la amistad y la ayuda mutua sin importar las diferencias entre cada uno o lo grande o pequeño que sean las personas o animales. A partir de ese día, Faustino se hizo muy amigo de los niños del parque y hacían muchas actividades juntos.

También empezó a compartir sus libros con ellos, para que aprendieran más sobre la cultura argentina y otros países del mundo. Felícitas también disfrutaba mucho de jugar con los hermanos menores de sus nuevos amigos. Faustino descubrió que aunque había dejado su hogar en Argentina, podía encontrar un nuevo hogar y hacer amigos maravillosos en España.

Además, se dio cuenta de que compartiendo su conocimiento e intereses con los demás, podía ayudar a construir amistades duraderas y aprender cosas nuevas.

Y así, Faustino continuó explorando lugares fascinantes en España junto a sus amigos, siempre recordando la importancia de ser amable y generoso con los demás.