Amigos sin fronteras



Había una vez, en un hermoso bosque argentino, un oso llamado Benito y un pajarito llamado Juan. Eran los mejores amigos del mundo y siempre se divertían juntos.

Un día, los padres de Benito le dijeron que era hora de que se fuera a vivir a otro lugar porque ya no cabía en su casa. El oso se puso muy triste al pensar en separarse de su querido amigo Juan.

"-Juancito, no quiero irme lejos de ti", dijo el oso con voz triste. El pajarito comprendió la preocupación de su amigo y pensó en una solución. Juntos decidieron construir una guarida cerca de la casa del pájaro para poder estar siempre cerca el uno del otro.

Con mucho entusiasmo y trabajo en equipo, comenzaron a construir la guarida. Benito usaba sus fuertes patas para mover las ramas más grandes y Juan volaba por todas partes buscando materiales útiles para la construcción.

Poco a poco, la guarida empezó a tomar forma. Era espaciosa y acogedora, perfecta para que el oso pudiera vivir cómodamente cerca de su amigo.

Tenía una entrada amplia para que Benito pudiera entrar sin problemas y varias ventanas pequeñas donde Juan podía posarse y cantarle canciones cada mañana. Cuando terminaron la guarida, Benito estaba muy emocionado. Miró agradecido a su amigo con lágrimas de felicidad en sus ojos animals.

"-¡Gracias, juancito! Ahora podremos seguir siendo amigos siempre", dijo el oso lleno de alegría. Juan sonrió felizmente mientras revoloteaba alrededor de Benito. Ambos sabían que su amistad era especial y que harían todo lo posible para mantenerla viva. Los días pasaron y Benito se adaptó rápidamente a su nueva casa.

Cada mañana, Juan volaba hasta la ventana de la guarida y despertaba a Benito con su hermoso canto. Juntos, exploraban el bosque, jugaban entre los árboles y compartían deliciosas meriendas bajo el sol.

La amistad entre el oso y el pajarito crecía más fuerte cada día. Un día, mientras caminaban por el bosque, encontraron una ardilla llamada Lola que estaba triste porque no tenía amigos con quienes jugar.

Benito y Juan invitaron a Lola a unirse a ellos en sus aventuras. La ardilla aceptó encantada y así se convirtieron en un trío inseparable. Los tres amigos exploraban juntos cada rincón del bosque, descubriendo nuevos tesoros escondidos entre los árboles.

Siempre estaban ahí uno para el otro, apoyándose en los momentos difíciles y celebrando los logros juntos. Con el tiempo, la guarida se convirtió en un lugar donde todos los animales del bosque podían reunirse para compartir historias y risas.

Era un refugio de amor y amistad donde todos se sentían bienvenidos. Y así fue como Benito, Juan y Lola demostraron que cuando hay verdadera amistad e ingenio, no importa las dificultades que puedan surgir.

Juntos construyeron un hogar lleno de alegría donde siempre estarían cerca unos de otros. Desde aquel día, la amistad entre Benito, Juan y Lola se hizo famosa en todo el bosque.

Todos los animales del lugar aprendieron que la verdadera amistad no conoce barreras y que siempre hay una manera de permanecer cerca de aquellos a quienes amamos. Y así, esta historia nos enseña que cuando enfrentamos obstáculos en la vida, podemos encontrar soluciones creativas si trabajamos juntos y nunca perdemos la esperanza.

Porque como dijo Benito:"-Con amigos verdaderos a nuestro lado, cualquier cosa es posible".

FIN.

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