Amigos sin Fronteras



Había una vez en un barrio tranquilo, un perro llamado Rocky y un gato llamado Luna.

Rocky era un perro grandote de pelaje marrón y ojos tiernos, mientras que Luna era una gatita ágil de pelaje negro y ojos brillantes. A pesar de ser muy diferentes, eran grandes amigos y pasaban todo el día jugando juntos. Un día, mientras paseaban por el parque, se encontraron con Simón, un gato callejero algo desaliñado que andaba por ahí buscando comida.

Al verlo, Rocky frunció el ceño y dijo: "¡No debería estar aquí! Los callejeros como él solo traen problemas". Luna lo miró sorprendida y le respondió: "No podemos juzgarlo sin conocerlo, tal vez necesita nuestra ayuda".

Simón se acercó tímidamente y les contó que había perdido su hogar hacía poco tiempo y no sabía cómo sobrevivir en la calle. Luna sintió compasión por él e inmediatamente propuso llevarlo a casa para compartir su comida y darle abrigo.

Rocky estaba algo renuente al principio, pero al ver la determinación de Luna asintió con la cabeza. Los días pasaron y Simón se convirtió en parte de la pequeña familia formada por Rocky y Luna.

Aprendió a confiar en ellos, a jugar juntos e incluso a ronronear cuando le daban cariño.

Un día, mientras descansaban bajo un árbol después de una larga jornada de juegos, Simón miró a sus amigos con gratitud en los ojos y dijo: "-Gracias por no juzgarme antes de conocerme. Me enseñaron que la verdadera amistad va más allá de las apariencias". Rocky bajó la cabeza avergonzado y admitió: "-Me equivoqué al juzgarte sin razón alguna.

Gracias por enseñarnos esta valiosa lección". Luna sonrió feliz y concluyó: "-En la diversidad encontramos riqueza; cada uno tiene su historia que merece ser escuchada".

Desde ese día en adelante, los tres amigos vivieron felices compartiendo aventuras, cuidándose mutuamente y recordando siempre que nunca hay que juzgar a alguien sin antes haber caminado en sus zapatos. Moraleja: No juzgues a los demás por su apariencia o circunstancias externas; cada ser tiene su valor único que merece ser reconocido con respeto y empatía.

FIN.

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