Amigos sin fronteras



Había una vez un pequeño papel de envoltura que fue abandonado a su suerte en la calle. Él estaba triste y solitario, buscando desesperadamente una familia que lo adoptara y le diera un hogar.

Pero nadie parecía interesado en él. Un día, mientras el pequeño papel de envoltura caminaba por la calle, se encontró con una hoja de papel arrugada y sucia. La hoja parecía tan sola como él, así que decidió acercarse y entablar conversación.

"Hola" , dijo el pequeño papel de envoltura tímidamente. —"Hola" , respondió la hoja con una sonrisa amistosa. "¿Estás sola también?", preguntó el pequeño papel de envoltura. "Sí, me siento muy sola", respondió la hoja con tristeza.

El pequeño papel de envoltura sintió empatía por ella y decidió hacer algo para ayudarla. Así que le ofreció ser amigos y juntos buscar un hogar donde pudieran vivir felices juntos. La hoja aceptó encantada la propuesta del pequeño papel de envoltura.

Los dos amigos comenzaron a caminar sin rumbo fijo hasta que llegaron a un parque lleno de niños jugando.

Allí vieron muchos papeles coloridos volando en el aire y pensaron que ese era el lugar perfecto para encontrar una familia cariñosa. Se sumergieron entre los papeles coloridos tratando de llamar la atención de algún niño o niña pero todos los ignoraban porque eran demasiado comunes. De repente, un niño llamado Tomás se acercó y los recogió del suelo.

"¡Mira mamá, encontré dos amigos!", dijo Tomás con alegría mientras mostraba a su madre el pequeño papel de envoltura y la hoja arrugada.

La madre de Tomás se sorprendió al verlos pero decidió llevarlos a casa para darles un hogar cálido y amoroso. El pequeño papel de envoltura y la hoja arrugada estaban emocionados por tener una familia finalmente. Pero después de unos días en la casa de Tomás, algo extraño comenzó a pasar.

La hoja arrugada empezó a cambiar de forma, adoptando diferentes figuras cada vez que alguien la tocaba. Por otro lado, el pequeño papel de envoltura no parecía cambiar en absoluto.

Tomás estaba fascinado con lo que pasaba con su nuevo amigo y pronto descubrió que la hoja arrugada era en realidad un origami muy especial creado por su abuelo.

Pero él también aprendió una lección importante: que no importa cómo te veas o cuán diferente seas, siempre habrá alguien que te quiera tal como eres. El pequeño papel de envoltura también aprendió algo valioso: nunca debemos subestimarnos ni dejar que nos hagan sentir inferiores solo porque somos diferentes. Todos merecemos amor y respeto sin importar nuestro origen o apariencia física.

Así es como el pequeño papel de envoltura encontró una familia amorosa gracias a su amistad con la hoja arrugada y juntos aprendieron importantes lecciones sobre la aceptación y el valor propio.

Desde ese día en adelante vivieron felices jugando con Tomás todos los días hasta convertirse en sus juguetes favoritos. Y aunque eventualmente se desgastaron con el tiempo, su amistad y las lecciones que aprendieron siempre permanecerán en sus corazones.

FIN.

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