Amigos sin juguetes



Había una vez un alegre jardín de niños llamado "Juguetes Amigos Dibujos", donde los juguetes y los niños se divertían juntos todos los días.

En este jardín, había una maestra muy especial llamada Sofía, quien siempre estaba dispuesta a enseñarles cosas nuevas a sus pequeños alumnos. Un día soleado, Sofía decidió sorprender a los niños con una actividad diferente. Les pidió que dibujaran su juguete favorito y luego lo presentaran al resto del grupo.

Los niños estaban emocionados por mostrar sus creaciones y compartirlas con sus amigos. El primero en presentar su dibujo fue Tomás, un niño creativo y soñador. Levantó su mano y dijo: "-¡Maestra Sofía! Yo dibujé mi osito de peluche llamado Tomy.

" Todos aplaudieron mientras Tomás mostraba orgulloso su dibujo. Luego fue el turno de Valentina, una niña muy inteligente y curiosa.

Alzó la mano con entusiasmo y exclamó: "-¡Yo dibujé mi muñeca Ana María!" Todos admiraron el hermoso dibujo de Valentina. Pronto llegó el turno de Beto, un niño tímido pero ingenioso. Con timidez levantó su mano y dijo: "-Yo... yo no tengo juguetes en casa.

" El silencio invadió la habitación por un momento hasta que Sofía respondió cariñosamente: "-Beto, ¿por qué no nos cuentas sobre tu juguete imaginario?"Beto sonrió tímidamente y comenzó a describir cómo era su amigo imaginario, un robot llamado Robi.

Habló sobre todas las aventuras que compartían y cómo se divertían juntos. Los demás niños quedaron fascinados con la historia de Beto y su amigo imaginario. Después de escuchar a Beto, Sofía propuso una actividad especial para todos los niños.

Les entregó materiales de reciclaje y les dijo: "-Hoy vamos a crear nuestros propios juguetes utilizando nuestra imaginación y creatividad. "Los niños se pusieron manos a la obra, cortando cartón, pegando papel y pintando con colores brillantes. Cada uno creó su propio juguete único y especial.

Valentina hizo una pelota con botellas de plástico, Tomás construyó un avión con cajas de cartón y Beto creó un robot hecho con latas vacías.

Cuando terminaron sus creaciones, los niños estaban emocionados por mostrar sus nuevos juguetes al resto del grupo. Todos aplaudieron mientras cada niño explicaba cómo habían hecho su juguete reciclado. Sofía estaba muy orgullosa de sus alumnos por su creatividad e imaginación.

Les recordó lo importante que era compartir y valorar la diversidad en el mundo de los juguetes. A partir de ese día, "Juguetes Amigos Dibujos" se convirtió en un lugar donde no importaba si tenías muchos juguetes o ninguno; lo importante era jugar juntos, aprender unos de otros y disfrutar cada momento.

Y así fue como en ese pequeño jardín de infantes, los niños descubrieron que la amistad no depende del tipo o cantidad de juguetes que tengamos, sino del amor y respeto que nos tenemos mutuamente.

FIN.

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