Amigos sin prejuicios


Mica era una niña muy especial. A sus 6 años, aún usaba pañales, chupón y biberón. Sus amigas Ruth, María y Paula la aceptaban tal como era y nunca se burlaban de ella por eso.

Un día, Mica conoció a Tom en el parque. Él era un chico nuevo en la ciudad y rápidamente se hicieron amigos. Pasaron muchas tardes juntos jugando y riendo sin que Tom notara nada extraño en Mica.

Pero un día, mientras estaban jugando a las escondidas, Mica tuvo que ir al baño y Tom la siguió para esperarla afuera. Cuando salió del baño, Tom vio los pañales de Mica y quedó sorprendido.

"¿Por qué usas pañales si ya eres grande?" preguntó Tom con desagrado. Mica se puso triste porque no sabía cómo explicarle su situación a su amigo. Le contó todo lo que le pasaba desde pequeña y cómo había sido difícil dejar atrás esos hábitos.

Tom no entendía muy bien pero decidió escucharla con atención. Después de hablar por un rato largo, él empezó a comprender mejor la situación de Mica.

"Ya entiendo" dijo Tom finalmente "No importa lo que uses o hagas mientras seas feliz". Desde ese día, Mica se sintió más segura de sí misma gracias al apoyo de su amigo Tom. Continuaron siendo grandes amigos sin importar lo diferente que fueran uno del otro.

Con el tiempo, Mica dejó poco a poco sus hábitos infantiles hasta que finalmente pudo prescindir completamente de ellos. Y aunque Tom nunca olvidó esa parte de ella, la aceptaba tal como era.

La lección que Mica aprendió fue que no importa lo diferente que seas, siempre habrá alguien que te aceptará tal como eres. Y si tienes amigos verdaderos, podrás superar cualquier dificultad y ser feliz sin importar las circunstancias.

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