Amigos Unidos



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una escuela llamada "La Alegría". En esta escuela, los estudiantes aprendían no solo matemáticas y ciencias, sino también el valor de la amistad, el respeto, el recreo y la solidaridad.

En el aula de tercer grado, se encontraban Tomás y Lucas. Eran los mejores amigos desde que eran muy pequeños. Siempre se ayudaban mutuamente y compartían todo lo que tenían.

Un día, durante el recreo, mientras jugaban al fútbol en el patio de la escuela, vieron a un nuevo estudiante llamado Mateo sentado solo en un banco. Parecía triste y solitario.

Tomás se acercó a él y le dijo: "Hola Mateo, ¿quieres jugar con nosotros?"Mateo levantó la cabeza sorprendido por la invitación y respondió tímidamente: "Sí... me encantaría". Desde ese día, Tomás, Lucas y Mateo se convirtieron en inseparables.

Jugaban juntos todos los días durante el recreo e incluso se ayudaban con las tareas escolares. Un día, mientras caminaban hacia la clase después del recreo, notaron a su maestra Miss Ana preocupada.

Le preguntaron qué le pasaba y ella les explicó que algunos niños habían estado peleando entre ellos durante el recreo sin respetarse ni ser solidarios. Los tres amigos decidieron hacer algo al respecto. Durante una semana entera dedicaron su tiempo libre a organizar actividades divertidas para fomentar la amistad entre sus compañeros.

Incluso crearon un mural donde cada estudiante podía agregar su mano pintada como signo de unidad y respeto. La noticia sobre el mural se extendió rápidamente por toda la escuela y todos los estudiantes empezaron a preguntarse cómo podían unirse.

Pronto, el recreo se convirtió en un tiempo de juegos pacíficos y amistosos. Un día, mientras Tomás, Lucas y Mateo disfrutaban del recreo junto con sus compañeros, vieron a un niño llamado Juanito sentado solo en una esquina. Parecía triste y excluido.

Los tres amigos no dudaron en acercarse a él. Le ofrecieron jugar juntos e invitaron al resto de los niños a unirse también. Pronto, Juanito se sintió parte del grupo y sonrió por primera vez en mucho tiempo.

A medida que pasaba el tiempo, la escuela "La Alegría" se convirtió en un lugar lleno de risas, amistad y solidaridad. Todos los estudiantes aprendieron la importancia de respetarse unos a otros y trabajar juntos para crear un ambiente positivo.

Tomás, Lucas, Mateo y Juanito demostraron que incluso las acciones más pequeñas pueden tener un gran impacto. Aprendieron que no importa cuán diferentes sean las personas entre sí; cuando nos tratamos con amabilidad y respeto podemos lograr cosas maravillosas juntos.

Y así fue como esta historia inspiradora enseñó a todos los niños de "La Alegría" la importancia de la escuela, la amistad, el respeto, el recreo y la solidaridad.

Desde entonces, cada estudiante sabía que podían contar con sus amigos para apoyarse mutuamente siempre que lo necesitaran.

FIN.

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