Amigos Unidos en El Solcito



Había una vez un colegio llamado "El Solcito" en el barrio de Villa Feliz. En este colegio, los estudiantes estaban teniendo algunos problemas de convivencia.

Algunos se peleaban en el recreo, otros no compartían sus juguetes y también había quienes no respetaban a sus compañeros. Un día, cinco amigos llamados Lola, Pedro, Martina, Lucas y Sofía decidieron que era hora de hacer algo al respecto.

Se reunieron debajo del árbol más grande del patio y comenzaron a discutir cómo podrían solucionar estos problemas. Lola fue la primera en hablar: "- Creo que necesitamos crear unas normas de convivencia para que todos podamos estar contentos y respetarnos mutuamente.

"Pedro asintió con entusiasmo: "- ¡Sí! Y podemos escribir las normas en carteles coloridos para que todos las vean. "Martina sugirió: "- También podríamos hacer una asamblea con todos nuestros compañeros y explicarles por qué estas normas son importantes.

"Lucas agregó: "- Y si alguien rompe alguna norma, podemos tener un sistema de advertencias para recordarles lo importante que es comportarse bien. "Sofía sonrió y dijo: "- Además, podríamos premiar a aquellos que sigan las normas con estrellitas doradas. Así nos animaremos entre todos a ser buenos compañeros.

"Los cinco amigos estaban emocionados con su plan. Decidieron poner manos a la obra de inmediato. Cada uno se encargó de dibujar un cartel con una regla diferente e ilustrarlo. Lola dibujó un cartel que decía "Respetémonos".

En él, había dibujos de niños compartiendo y ayudándose mutuamente. Pedro hizo otro cartel que decía —"Compartamos" . En él, se veían niños jugando juntos y compartiendo sus juguetes. Martina creó un cartel con la regla "Hablemos con amabilidad".

Tenía ilustraciones de niños conversando sin gritar ni insultar. Lucas diseñó un cartel que decía "Cuidemos el colegio". Se podían ver imágenes de los estudiantes cuidando las instalaciones y reagarrando la basura.

Sofía hizo el último cartel con la frase "Seamos buenos amigos". En él, había dibujos de abrazos y sonrisas entre los compañeros. Una vez que terminaron los carteles, organizaron una asamblea en el patio del colegio.

Todos los estudiantes se sentaron en círculo alrededor de ellos y escucharon atentamente mientras explicaban las normas y mostraban los carteles. Los cinco amigos hablaron con pasión sobre lo importante que era respetarse mutuamente y llevarse bien.

Después de la asamblea, cada estudiante recibió una copia de las normas para pegarlas en su carpeta. Además, se les dio una tarjeta donde podían recibir estrellitas doradas cada vez que siguieran una regla correctamente. Los días siguientes fueron maravillosos en "El Solcito".

Los estudiantes comenzaron a aplicar las normas a diario. Se respetaban unos a otros, compartían sus cosas y hablaban amablemente. El colegio estaba lleno de risas y alegría. Pero un día, algo inesperado sucedió. Un nuevo estudiante llamado Juan llegó al colegio.

Era un niño tímido y solitario que no sabía cómo encajar. Los cinco amigos se dieron cuenta de esto y decidieron ayudarlo. Se acercaron a Juan y lo invitaron a jugar con ellos.

Le explicaron las normas de convivencia y le mostraron los carteles coloridos. Juan sonrió tímidamente y aceptó su invitación. A medida que pasaba el tiempo, Juan se fue integrando cada vez más en el grupo.

Sus compañeros lo trataban con amabilidad, compartían sus cosas con él y siempre lo incluían en sus juegos. El último día de clases, todos los estudiantes recibieron premios especiales por haber sido buenos compañeros durante todo el año.

Pero hubo uno que se destacó: Juan recibió una estrella dorada gigante por haber superado su timidez y convertirse en un gran amigo para todos.

Desde ese día, "El Solcito" se convirtió en un lugar donde todos los estudiantes aprendieron la importancia de respetarse, compartir, hablar con amabilidad, cuidar su colegio y ser buenos amigos. Y así, juntos lograron crear un ambiente feliz y armonioso para seguir creciendo juntos.

FIN.

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