Amigos Unidos en Villa Arcoiris
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Arcoiris, donde vivían diferentes animales de todos los colores y tamaños. En ese lugar mágico, cada uno tenía su propio hogar y se llevaban muy bien entre ellos.
En el centro del pueblo vivía una simpática tortuga llamada Tomás. Tomás era muy tranquilo y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos. Aunque era lento para moverse, su corazón era grande y generoso.
Un día, llegó al pueblo un nuevo habitante: Benito, un conejo muy rápido y juguetón. Benito había escapado de su antiguo hogar porque no se sentía aceptado por los demás animales debido a su velocidad.
Tomás decidió acercarse a Benito para darle la bienvenida y ofrecerle su amistad. Al principio, Benito desconfiaba de la tortuga por ser tan diferente a él, pero con el tiempo comenzaron a conocerse mejor y descubrieron que tenían muchas cosas en común.
Un día soleado, mientras paseaban juntos por el bosque cercano al pueblo, encontraron una hermosa mariposa multicolor atrapada entre las ramas de un árbol alto. "¡Tenemos que salvarla!", exclamó Tomás preocupado. "¡Claro! Yo puedo llegar rápidamente hasta allá arriba", respondió Benito emocionado.
Benito saltó tan alto como pudo e intentó alcanzar la mariposa con sus patas traseras extendidas, pero no lo logró. Entonces decidió buscar ayuda entre sus amigos del bosque.
Primero se encontraron con Panchita la ardilla:"Panchita ¿puedes ayudarnos a salvar la mariposa?", preguntó Benito. "¡Claro, pero no puedo subir tan alto como tú! Necesitamos a alguien más", respondió Panchita. Luego se encontraron con Ernesto el pájaro:"Ernesto, ¿nos ayudas a rescatar a la mariposa?", pidió Tomás. "Lo siento, amigos.
Soy bueno volando, pero no tengo las patas para agarrarla", contestó Ernesto. Así continuaron buscando ayuda entre los animales del bosque, pero ninguno podía alcanzar la mariposa. El tiempo pasaba y la pobre mariposa estaba cada vez más débil.
Entonces, todos los animales del pueblo se reunieron alrededor del árbol para discutir cómo podrían resolver el problema juntos. Fue en ese momento que Tomás tuvo una idea brillante.
"¿Y si construimos una torre utilizando nuestras fortalezas? Benito puede saltar hasta cierta altura, luego Panchita puede trepar por el tronco y finalmente Ernesto puede volar hasta la mariposa", propuso Tomás emocionado. Todos los animales aceptaron entusiasmados y comenzaron a trabajar en equipo.
Benito saltaba lo más alto que podía mientras Panchita se aferraba al tronco con sus garras y escalaba hacia arriba. Finalmente, cuando estuvieron cerca de la mariposa, Ernesto voló rápidamente para atraparla y llevarla de regreso al suelo sana y salva.
Los animales celebraron su éxito con alegría y gratitud por haber trabajado juntos sin importar sus diferencias. A partir de ese día, se convirtieron en un equipo inseparable que siempre estaba dispuesto a ayudarse mutuamente.
La historia de Tomás, Benito y sus amigos enseñó a todos los habitantes de Villa Arcoiris la importancia de la tolerancia, la amistad y el trabajo en equipo. Aprendieron que cada uno tiene habilidades únicas y que juntos pueden lograr cosas maravillosas.
Desde entonces, el pueblo vivió en armonía y felicidad, donde todos valoraban las diferencias y celebraban la diversidad. Y así fue como Villa Arcoiris se convirtió en un lugar mágico donde reinaba la unión entre todos sus habitantes.
FIN.