Amigos valientes



Jaime era un niño muy tímido y creativo. Pasaba la mayor parte de su tiempo en casa, dibujando y construyendo cosas con sus bloques de construcción.

Aunque le encantaba estar solo, a veces se sentía un poco triste porque no tenía muchos amigos. Un día, mientras jugaba en el parque cerca de su casa, Jaime vio a un grupo de niños corriendo y riendo juntos.

Se sintió un poco celoso de ellos y se preguntó cómo sería tener amigos como ellos. Decidió acercarse al grupo para ver si podía hacerse amigo de alguno de ellos. Pero cuando llegó allí, los niños parecieron ignorarlo por completo. Jaime volvió a sentirse triste y decidió alejarse.

En ese momento apareció una niña llamada Sofía que había estado observando todo desde lejos. —"Hola" , dijo ella amablemente. "¿Te gustaría jugar conmigo?"Jaime se sorprendió pero también se sintió emocionado ante la idea de hacer una nueva amiga.

"S-sí", respondió tímidamente. Sofía lo llevó a un rincón del parque donde habían dejado algunas hojas secas después del otoño pasado. Los dos comenzaron a saltar sobre las hojas como si fueran nubes flotantes en el cielo.

De repente, oyeron unas risas provenientes del grupo anterior que ahora estaban jugando cerca de ellos. Sofía sugirió que debían ir a ver qué estaba pasando allí, pero Jaime vacilaba debido a su timidez. "No te preocupes", dijo Sofía sonriendo tranquilamente.

"Vamos juntos". Cuando llegaron, Jaime se sintió incómodo de nuevo, pero Sofía no lo dejó solo. Comenzó a jugar con los otros niños y pronto lo incluyeron en su juego.

Jaime se sintió muy feliz por haber encontrado una amiga como Sofía que lo ayudaba a superar sus miedos. A partir de ese día, los dos continuaron jugando juntos en el parque todos los días. Pero un día, cuando llegó al parque, Jaime encontró a Sofía llorando.

"¿Qué pasa?", preguntó preocupado. "Soy nueva aquí", dijo ella sollozando. "Mi familia acaba de mudarse y extraño mucho mi antigua casa y amigos". Jaime recordó cómo se había sentido cuando estaba solo antes de conocerla a ella.

Decidió que debía hacer algo para ayudarla. —"Vamos" , dijo él sonriendo. "Te mostraré todas las cosas divertidas que hay para hacer en este barrio".

Los dos comenzaron a explorar juntos el vecindario y descubrieron muchos lugares interesantes que nunca habían visto antes. Durante el camino, también conocieron a varios niños más que se unieron a ellos en su aventura.

Al final del día, Sofía estaba sonriendo otra vez gracias a la ayuda de Jaime y la amistad recién formada entre ellos. Desde entonces, Jaime aprendió que aunque era tímido, siempre podía encontrar amigos si quería realmente hacerlo. Y también aprendió que ser amable con los demás puede llevar a grandes aventuras y nuevas amistades inesperadas.

FIN.

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