Amigos Valientes



En un bosque encantado vivía Korina, una pequeña hormiga muy curiosa y aventurera. Siempre estaba buscando nuevas experiencias y emociones en su vida.

Un día, mientras exploraba el bosque, se encontró con Roque, un oso hormiguero enorme y asustadizo. Korina se acercó a Roque con entusiasmo. "¡Hola, Roque! Soy Korina, ¿cómo estás?" dijo la hormiguita con alegría. Roque miró a Korina con sorpresa y temor.

"¡Oh no! ¡Una hormiga! ¡Aléjate de mí!" exclamó el oso hormiguero asustado. Korina intentó tranquilizarlo. "No tengas miedo, Roque. No quiero hacerte daño. Solo quería conocerte". Roque dudó por un momento pero luego decidió darle una oportunidad a Korina.

"Está bien, pero ten cuidado", advirtió el oso hormiguero. A medida que pasaban los días, Korina y Roque pasaron mucho tiempo juntos explorando el bosque.

La pequeña hormiga enseñaba al oso cómo buscar comida entre los árboles y cómo construir caminos subterráneos para llegar más rápido a sus destinos. Un día soleado, mientras jugaban cerca de un río cristalino, escucharon un grito desesperado proveniente del otro lado del agua. "¡Ayuda! ¡Socorro!", gritaba una mariposa atrapada en unas ramas.

Sin dudarlo ni un segundo, Korina saltó al agua para rescatarla. Sin embargo, las corrientes del río eran fuertes y arrastraron a la pequeña hormiga. Roque, asustado por su amiga, se lanzó al agua y nadó con todas sus fuerzas para alcanzarla.

Con un gran esfuerzo, logró agarrar a Korina y llevarla de vuelta a la orilla. Cuando las dos criaturas estuvieron a salvo, Korina miró a Roque con gratitud. "¡Gracias, Roque! Me salvaste la vida". Roque sonrió tímidamente.

"No tienes que agradecerme, Korina. Eres mi amiga y haría cualquier cosa por ti". Desde ese día, Korina y Roque se volvieron inseparables. Juntos descubrieron nuevos rincones del bosque y ayudaron a otros animales en problemas.

La valentía de Korina inspiraba cada vez más a Roque, quien dejó atrás su miedo inicial para convertirse en un oso hormiguero valiente y confiado.

Y así, el dúo improbable de una hormiguita curiosa y un oso hormiguero temeroso demostraron que juntos podían superar cualquier obstáculo. La historia de Korina y Roque nos enseña que no debemos juzgar por las apariencias ni tener miedo de hacer amigos diferentes.

Todos tenemos algo especial que ofrecer al mundo si nos atrevemos a salir de nuestra zona de confort y ser valientes como lo fueron ellos dos.

FIN.

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