Amigos valientes
Había una vez una niña llamada Sofía, quien estaba muy emocionada por su primer día de clase en la escuela. Era una niña muy amable y siempre trataba de hacer amigos con todos.
Pero para su sorpresa, cuando llegó a la escuela, nadie parecía interesado en ser su amigo. Sofía se sintió muy triste y sola. Se preguntaba qué había hecho mal o por qué nadie quería estar cerca de ella.
Sin embargo, decidió no dejarse llevar por esos sentimientos negativos y decidió que haría todo lo posible para encontrar un amigo. Un día, durante el recreo, Sofía vio a una niña nueva llamada Valentina sentada sola en un banco.
Valentina parecía tímida y triste también. Sofía se acercó a ella con una sonrisa amigable y le dijo: "Hola, soy Sofía ¿Quieres jugar conmigo?"Valentina miró a Sofía con sorpresa pero luego sonrió tímidamente y aceptó la invitación.
Desde ese momento, las dos niñas se volvieron inseparables. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y disfrutaban pasar tiempo juntas. Un día, la maestra anunció que habría una exposición en clase sobre los animales del bosque.
A todas las parejas de amigos se les asignaría un animal diferente para investigar y presentar frente al resto de la clase. Sofia y Valentina estaban emocionadas por esta oportunidad de trabajar juntas en algo importante.
La maestra les asignó el lindo zorro como su animal a investigar. Las dos amigas comenzaron su investigación visitando la biblioteca de la escuela y buscando información en libros sobre los zorros. También buscaron en internet y encontraron muchas fotos y datos interesantes.
A medida que avanzaba su investigación, Sofía notó que Valentina parecía cada vez más insegura.
Se daba cuenta de que Valentina tenía dificultades para hablar frente a la clase, lo cual le preocupaba porque sabía lo importante que era para ambas hacer una buena presentación. Decidió hablar con Valentina al respecto: "Valentina, sé que te pones nerviosa cuando tienes que hablar frente a la clase, pero quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte. Juntas podemos lograrlo".
Valentina se sintió aliviada al escuchar las palabras amables de Sofía y aceptó su ayuda. Ambas practicaron su presentación juntas todos los días después de clases.
Sofía le dio consejos sobre cómo controlar sus nervios y le recordó constantemente lo talentosa e inteligente que era. Finalmente, llegó el día de la exposición. Sofía y Valentina estaban un poco nerviosas, pero se sentían seguras sabiendo que tenían el apoyo mutuo.
Cuando les tocó el turno de exponer sobre los zorros delante del resto de sus compañeros, Sofía tomó la palabra primero y compartió todo lo que habían aprendido juntas durante su investigación. Luego, animó a Valentina a agregar cualquier cosa adicional si quería.
Valentina respiró hondo y comenzó a hablar tímidamente al principio, pero con cada palabra ganaba confianza. Hablaba sobre las características del zorro y cómo se adaptaban a su entorno natural. Todos los niños quedaron impresionados por su conocimiento e incluso la maestra elogió su presentación.
Sofía y Valentina se sintieron muy orgullosas de sí mismas y, lo más importante, habían demostrado a todos que juntas podían superar cualquier obstáculo. A partir de ese día, Sofía y Valentina se convirtieron en las mejores amigas de la clase.
Su historia inspiró a otros niños a ser amables y solidarios entre ellos.
Y así, gracias a la bondad y amabilidad de Sofía, ella encontró una verdadera amiga en Valentina y juntas aprendieron que el poder de la amistad puede ayudarnos a superar cualquier desafío que enfrentemos.
FIN.