Amigos Verdaderos


Joaquín y Benja eran amigos desde la infancia. Siempre se divertían juntos, jugaban al fútbol, a las escondidas y contaban chistes. Pero Joaquín sentía algo diferente por Benja, algo que no sabía cómo explicar.

Un día, después de jugar al fútbol en el parque, Joaquín decidió contarle su secreto a Benja: "Benja, tengo algo que decirte", dijo Joaquín con un tono nervioso. "¿Qué pasa amigo? ¿Estás bien?" respondió Benja preocupado. "Es que...

yo soy gay" confesó Joaquín con lágrimas en los ojos. Benja lo miró sorprendido pero luego le sonrió: "¡No te preocupes! Eso no cambia nada entre nosotros. Sigues siendo mi amigo y siempre lo serás".

Joaquín se sintió aliviado y feliz de tener un amigo tan comprensivo como Benja. Con el tiempo, ambos siguieron jugando juntos como siempre lo habían hecho.

Pero un día, mientras paseaban por el parque tomados de la mano, algunos niños del vecindario los vieron y comenzaron a burlarse de ellos por ser diferentes. Joaquín se sintió triste y avergonzado. "¿Por qué nos molestan si solo estamos siendo felices?" preguntó Joaquín a Benja con lágrimas en los ojos.

"La gente tiene miedo de lo que es diferente", le respondió Benja con una sonrisa tranquilizadora. "Pero eso no significa que tengamos que dejar de ser quienes somos".

Desde ese momento, Joaquín aprendió una valiosa lección: que no importa lo que piensen los demás, lo importante es ser fiel a uno mismo y encontrar amigos verdaderos que acepten a las personas tal como son. Y así, Joaquín y Benja siguieron siendo amigos inseparables, demostrando al mundo que el amor no tiene género ni orientación sexual.

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