Amila y su mundo de animales


Había una vez una niña llamada Amila, a quien le encantaba explorar y descubrir cosas nuevas. Sin embargo, tenía un pequeño problema: no seguía las instrucciones en la escuela.

Un día, la maestra les dijo a todos los niños que tenían que hacer un dibujo sobre su animal favorito. Todos se pusieron manos a la obra, pero Amila decidió hacer algo diferente. En lugar de dibujar su animal favorito, decidió dibujar un paisaje con muchos animales diferentes.

La maestra se acercó a ella y le dijo: "Amila, te pedí que hicieras un dibujo de tu animal favorito. ¿Por qué estás haciendo esto?"Amila sonrió y respondió: "Lo siento, señorita maestra.

Me emocioné tanto pensando en todos los animales que me gustan que no pude elegir solo uno". La maestra frunció el ceño pero decidió darle una oportunidad a Amila para explicar su dibujo al resto de la clase.

"Chicos" , dijo Amila mientras mostraba su dibujo en el pizarrón, "este es mi mundo imaginario lleno de animales maravillosos. Aquí hay elefantes jugando con jirafas y monos saltando de árbol en árbol. Hay pingüinos nadando junto a ballenas gigantes y tigres persiguiendo sus colas.

Cada uno de estos animales representa algo especial para mí". Todos los niños quedaron asombrados por el hermoso paisaje lleno de colorido que Amila había creado en su dibujo.

La maestra reflexionó por un momento y luego dijo: "Amila, aunque no seguiste las instrucciones al pie de la letra, has demostrado una gran creatividad y originalidad. Tu dibujo es único y nos ha enseñado a todos que a veces es bueno salirse del camino trazado".

Amila se sintió feliz de haber sido comprendida y aceptada. A partir de ese día, comenzó a prestar más atención a las instrucciones en la escuela, pero también siguió confiando en su imaginación para crear cosas nuevas.

Con el tiempo, Amila se convirtió en una artista famosa que pintaba cuadros maravillosos inspirados en sus viajes por el mundo. Siempre recordaba aquel día en la escuela cuando aprendió que podía ser ella misma sin dejar de seguir las reglas.

La lección que Amila aprendió fue que no siempre hay una única manera correcta de hacer las cosas. A veces, pensar fuera de lo común puede llevarnos a descubrir nuevas ideas y talentos ocultos dentro de nosotros mismos.

Y así, Amila demostró al mundo que incluso si no seguimos todas las instrucciones al pie de la letra, podemos encontrar nuestro propio camino hacia el éxito y la felicidad.

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