Amistad en Acción



Delfina y Ámbar eran inseparables. Juntas, exploraban el mundo y se divertían en el colegio. Sin embargo, un día llegó una chica nueva llamada Meliza al colegio. Meliza era tímida y callada.

Tenía una sonrisa dulce pero parecía tener miedo de hablar con los demás. Delfina y Ámbar, al verla tan diferente a ellas, decidieron hacerle cosas feas. Se burlaban de su ropa, le quitaban sus útiles escolares y la excluían de sus juegos.

Meliza se sentía muy triste por el maltrato que recibía día tras día. Pero un día, algo cambió dentro de ella. Decidió vencer su miedo y enfrentar a Delfina y Ámbar.

Un martes soleado durante el recreo, Meliza se acercó a las dos niñas valientemente y les dijo: "-¿Por qué me hacen daño? No entiendo por qué no pueden ser amigas en lugar de tratarme así". Delfina y Ámbar quedaron sorprendidas al escuchar las palabras sinceras de Meliza.

Nunca antes habían pensado en cómo sus acciones afectaban a los demás. Ámbar bajó la mirada avergonzada mientras Delfina empezaba a darse cuenta del daño que habían causado: "-Lo siento mucho, Meliza", dijo Delfina con lágrimas en los ojos.

"-Nunca quise hacerte sentir mal". Meliza les miró con compasión: "-Entiendo que todos cometemos errores, pero lo importante es aprender de ellos y cambiar nuestras acciones". Desde ese momento, todo cambió para bien en el colegio.

Delfina y Ámbar se disculparon con Meliza y empezaron a conocerla mejor. Descubrieron que Meliza era una niña amable, inteligente y muy talentosa en la música. Las tres niñas comenzaron a pasar tiempo juntas.

Delfina y Ámbar aprendieron mucho de Meliza y su forma de ser amigables con todos. Juntas, organizaron un grupo de ayuda para los niños más pequeños del colegio.

El grupo se llamó "Los Amigos Unidos" y se dedicaba a ayudar a los demás, sin importar quiénes fueran o cómo lucieran. Realizaban actividades como leer cuentos, enseñar juegos nuevos e incluso ayudaban en las tareas escolares.

La noticia sobre el grupo "Los Amigos Unidos" se extendió por todo el colegio, lo cual inspiró a otros niños a unirse también. Pronto, el colegio entero estaba lleno de risas y comprensión entre todos sus estudiantes. Delfina, Ámbar y Meliza descubrieron que no hay nada más hermoso que la amistad verdadera basada en el respeto mutuo.

Aprendieron que cada persona es única y especial a su manera, sin importar cómo sean por fuera. Desde aquel día, Delfina, Ámbar y Meliza fueron conocidas como las mejores amigas del colegio.

Y juntas demostraron que cuando nos tratamos con bondad y respeto, podemos cambiar vidas e inspirar a otros a hacer lo mismo.

Y así fue como una simple disculpa transformó la vida de tres niñas en algo maravilloso: una lección valiosa para toda la comunidad escolar sobre la importancia de ser amables y respetuosos con los demás.

FIN.

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