Amistad en colores
En una colorida y alegre guardería, la maestra Carmen recibía a sus pequeños alumnos todas las mañanas con una gran sonrisa.
Su misión era enseñarles el valor de la amistad, algo que consideraba fundamental en la vida de cada niño. Un día, Carmen decidió organizar un divertido juego para enseñarles a trabajar en equipo. Les explicó que debían formar grupos y juntos superar diferentes desafíos. Los niños, emocionados, se dividieron en equipos y comenzaron a jugar.
El primer desafío consistía en construir juntos una torre con bloques de colores. Cada niño tomó un bloque y, siguiendo las indicaciones de sus compañeros, lograron construir la torre más alta de toda la guardería.
Todos se abrazaron emocionados al ver su trabajo en equipo. "¡Lo logramos! ¡Somos un gran equipo!" -gritaban los niños felices. El siguiente desafío era crear juntos una canción sobre la amistad.
Se sentaron en círculo y empezaron a tararear melodías hasta que uno de los niños propuso una letra llena de amor y compañerismo. Todos cantaron a coro mientras se abrazaban sintiendo el calor del cariño entre ellos.
"La amistad es un tesoro que nunca morirá, juntos somos más fuertes, siempre nos apoyaremos sin dudar" -cantaban con alegría. Para el último desafío del día, Carmen les pidió que dibujaran lo más importante que habían aprendido sobre la amistad.
Los niños tomaron sus crayones y papel y comenzaron a plasmar sus ideas con entusiasmo. Al finalizar, mostraron orgullosos sus dibujos a sus compañeros. Entre los dibujos había corazones gigantes rodeados de manos entrelazadas, sonrisas sinceras y palabras como —"amor" , "compañerismo" y —"juntos" .
Carmen no pudo contener las lágrimas al ver el impacto positivo que había tenido en cada uno de esos pequeños corazones llenos de amor y bondad. Al final del día, todos los niños se abrazaron emocionados frente a Carmen.
"¡Gracias por enseñarnos lo importante que es la amistad! ¡Te queremos mucho!" -dijeron al unísono. Carmen sonrió con ternura sabiendo que había cumplido su misión con éxito.
Les dio las gracias por ser tan maravillosos alumnos y les prometió seguir guiándolos en el camino del amor y la amistad. Y así, entre juegos, canciones y dibujos llenos de colores, Carmen seguía sembrando semillas de amistad en cada pequeño corazón que pasaba por su guardería.
Porque sabía que esos valores eran fundamentales para construir un mundo mejor donde reine siempre el amor entre amigos verdaderos.
FIN.