Amistad en el Prado Encantado


Había una vez en un prado encantado, una vaca muy especial llamada Rosita.

Rosita no era una vaca común y corriente, ¡no! Ella era rosa y además ¡podía volar! Sí, así es, Rosita tenía unas hermosas alas rosadas que le permitían surcar los cielos con gracia y alegría. Un día soleado, mientras Rosita volaba por el prado, vio a un cuervo amarillo picoteando algunas semillas.

Sin pensarlo dos veces, la curiosa vaca se lanzó en picada hacia el cuervo y ¡zas! , lo atrapó en el aire con su boca. El pobre cuervo amarillo graznaba asustado mientras Rosita lo sostenía entre sus dientes.

"¡Suelta al pobre cuervo, Rosita!", gritó desde abajo un zorro astuto llamado Zapatilla. "¡Ja ja ja! Este cuervo será mi almuerzo hoy", respondió la vaca sin soltar al ave. Pero Zapatilla no se dio por vencido tan fácilmente.

Rápidamente agarró una lechuga del huerto cercano y con toda su fuerza la lanzó hacia arriba apuntando directo a las patas de la vaca. La lechuga impactó justo en el blanco y Rosita perdió momentáneamente el equilibrio.

"¡Oh no!", exclamó la vaca sorprendida mientras soltaba al cuervo amarillo que salió volando para ponerse a salvo. "Gracias Zapatilla", dijo el cuervo al zorro con alivio. "De nada amigo", respondió Zapatilla sonriendo.

Rosita cayó pesadamente al suelo entre risas del travieso zorro y delivencias de los demás animales que habían presenciado la escena. La vaca se levantó algo avergonzada pero aprendiendo una importante lección: todos los seres vivos merecen respeto y cuidado, incluso si son de colores diferentes o si vuelan o corren en cuatro patas.

Desde ese día, Rosita dejó de perseguir a los pobres cuervos para jugar con ellos en paz y armonía. Y Zapatilla se convirtió en su gran amigo, siempre listo para sacarla de apuros con sus travesuras bienintencionadas.

Y así queridos niños, esta historia nos enseña que la diversidad es maravillosa y que debemos tratar a los demás como nos gustaría ser tratados nosotros mismos.

Siempre hay espacio para la amistad y el perdón en este mundo mágico donde hasta las vacas rosadas pueden volar. ¿Qué aventuras crees tú que les esperan a Rosita y Zapatilla? Usemos nuestra imaginación para descubrirlo juntos. ¡Hasta la próxima historia!

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