Amistad en Flor
Había una vez en un tranquilo pueblo llamado Villa Esperanza, dos amigos muy especiales llamados Mya y Marcos. Desde que eran pequeños, compartían juegos, risas y aventuras juntos.
A medida que crecieron, su amistad se convirtió en algo más y comenzaron a salir como novios. Mya era una chica dulce y creativa, siempre llena de ideas brillantes.
Marcos, por otro lado, era un chico valiente y decidido que siempre estaba dispuesto a apoyar a Mya en todas sus locuras. Un día soleado, mientras paseaban tomados de la mano por el parque del pueblo, llegó Felipe. Era un chico nuevo en Villa Esperanza y rápidamente se hizo amigo de Mya y Marcos.
Pero lo que ellos no sabían era que Felipe tenía malas intenciones. Felipe empezó a llenar la cabeza de Mya con dudas sobre su relación con Marcos.
Le decía cosas como: "Marcos no te comprende como yo", "Podrías ser mucho más feliz con alguien diferente". Poco a poco fue sembrando la semilla de la discordia entre los enamorados. Un día, mientras Mya estaba dibujando en el parque junto a Felipe, vio pasar a Marcos acompañado de otra chica.
Sin saberlo, esa chica solo le pedía ayuda para encontrar su perro perdido. Pero eso fue suficiente para encender los celos en el corazón de Mya. Al llegar a casa ese día, Mya le contó todo lo sucedido a su mamá.
Ella escuchó atentamente y le dijo: "Querida Mya, las relaciones son como plantas; necesitan cuidado constante para crecer fuertes y saludables.
Siempre habrá obstáculos en el camino, pero lo importante es confiar el uno en el otro y hablar sobre los problemas". Al día siguiente, Mya decidió hablar con Marcos para aclarar las cosas. Ambos se sentaron en un banco del parque y comenzaron a conversar. "Marcos, tengo que decirte algo importante", dijo Mya nerviosa.
"Dime, Mya, estoy aquí para escucharte", respondió Marcos con ternura. Mya le explicó todo lo que había pasado con Felipe y cómo había dejado que los celos se interpusieran entre ellos.
Marcos la abrazó cariñosamente y le dijo: "Mya, nuestra amistad ha resistido muchas pruebas a lo largo de los años. No permitamos que las dudas nos separen ahora". A partir de ese momento, Mya y Marcos decidieron enfrentar juntos cualquier problema que se les presentara.
Se prometieron ser sinceros el uno con el otro y no dejar que terceras personas afectaran su relación. Con el tiempo, Felipe se dio cuenta de su error al intentar separar a dos amigos tan especiales como Mya y Marcos.
Aprendió una valiosa lección sobre la importancia de la honestidad y la amistad verdadera. Desde aquel día, Mya y Marcos siguieron creciendo juntos como pareja inseparable. Compartieron risas, aventuras e incluso algunos desafíos difíciles de superar.
Pero siempre recordaron las palabras sabias de la mamá de Mya: "Las relaciones son como plantas; necesitan cuidado constante para crecer fuertes y saludables". Y así fue como construyeron una relación sólida basada en confianza mutua y amor verdadero.
Y colorín colorado, esta historia de amistad y amor ha terminado.
FIN.