Amistad en la Alegría
Había una vez en un colegio llamado "La Alegría", dos mejores amigas que se llamaban Belén y Romina. Eran inseparables, compartían risas, secretos y aventuras juntas. Siempre estaban ahí la una para la otra.
Un día soleado, mientras jugaban en el patio del colegio, llegó una chica nueva llamada Romina. Tenía el cabello largo y castaño, con unos ojos brillantes llenos de curiosidad. Desde el primer momento que Belén la vio, supo que serían grandes amigas.
Pasaron los meses y la amistad entre Belén y Romina creció cada día más fuerte. Juntas enfrentaron desafíos escolares, celebraron cumpleaños y disfrutaron de las tardes de juegos en el parque. Nada parecía separarlas.
Sin embargo, un día todo cambió cuando Romina comenzó a sentir algo especial por un chico del colegio llamado Tomás. Él era inteligente, simpático y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus compañeros.
Romina sentía mariposas revoloteando en su estómago cada vez que lo veía. Un día valiente, Romina decidió confesarle sus sentimientos a Tomás durante el recreo.
Para su sorpresa y alegría, él también sentía lo mismo por ella ¡Se hicieron novios! La noticia corrió rápidamente por todo el colegio y todos felicitaban a la nueva pareja. Pero al enterarse de esta noticia, Belén se sintió triste e incluso un poco celosa. No entendía cómo había pasado de ser la mejor amiga de Romina a sentirse desplazada.
Los días pasaron y Belén comenzó a alejarse de Romina, evitando hablarle o compartir momentos juntas. Romina notó el cambio en su amiga y se preocupó. No entendía por qué Belén se había distanciado de repente.
Un día, después de clases, decidió acercarse a ella y preguntarle qué estaba sucediendo. "Belén, ¿qué te pasa? Te noto distante últimamente. ¿Hice algo mal?"- le preguntó Romina con voz preocupada.
Belén suspiró y miró a su amiga con tristeza en los ojos. "No es que hayas hecho algo mal, Romi. Es solo que me siento un poco dejada de lado desde que estás con Tomás"- respondió sinceramente. Romina se sorprendió al escuchar esto.
"Belén, entiendo cómo te sientes, pero eso no significa que nuestra amistad tenga que cambiar. Siempre serás mi mejor amiga y siempre estaré aquí para ti". Las palabras de Romina tocaron el corazón de Belén.
Se dio cuenta de lo egoísta que había sido al sentirse celosa del amor entre Romina y Tomás. Entendió que la verdadera amistad no se trata de tener siempre la atención exclusiva del otro, sino de apoyarnos mutuamente en todas las etapas de la vida.
Desde ese día, Belén decidió dejar atrás los celos y recuperar la amistad con Romina. Juntas organizaron una salida al cine para disfrutar una tarde llena de risas y palomitas de maíz.
A partir de entonces, Belén aprendió a valorar las relaciones de amistad y a entender que cada persona tiene su propio espacio para crecer y amar. Aprendió que el amor no divide, sino que suma y fortalece los lazos entre las personas.
Belén y Romina siguieron siendo mejores amigas durante muchos años más, compartiendo alegrías, tristezas y nuevos desafíos. Juntas descubrieron el verdadero significado de la amistad: estar ahí en los buenos momentos, pero también en los difíciles.
Y así, con sus corazones llenos de cariño y comprensión, Belén y Romina continuaron su camino juntas, sabiendo que siempre podrían contar una con la otra sin importar qué obstáculos se presentaran en su camino.
FIN.