Amistad en la Diversidad



En la Escuela Primaria Arcoíris, dos chicas destacaban por sobre el resto: Valentina y Sofía. Valentina era extrovertida, siempre llena de energía y con una sonrisa radiante. Sofía, en cambio, era más introvertida, prefería escuchar a hablar y disfrutaba de la música y la lectura. A pesar de sus diferencias, eran las mejores amigas y siempre estaban juntas en cada recreo.

Un día, la profesora Mariela anunció un concurso de talentos. Cada estudiante podía presentar su habilidad especial ante toda la escuela. Valentina, emocionada,

"¡Esto va a ser genial! Voy a bailar la canción más pegajosa de moda. ¡Voy a ser la mejor!" - dijo con entusiasmo.

Sofía, aunque le gustaba la idea, sentía un poco de miedo. A ella no le gustaba estar en el centro de atención.

"Yo no sé si podría hacer algo así. Tal vez, podría tocar algo de piano... pero solo si estoy tranquila" - murmuró con timidez.

Valentina la miró con una sonrisa,

"¡Es una excelente idea! La música es hermosa, y seguro que a la gente le encantará escucharte. Si intentamos juntas, quizás puedas sentirte más cómoda" - sugirió. Sofía sonrió vagamente, pero aún sentía un nudo en el estómago.

A medida que se acercaba el día del concurso, Valentina ensayaba todos los días, mostrando su movimiento enérgico y contagiando su alegría por el baile. Sofía, en cambio, tenía su piano en su casa y cada vez que intentaba tocar, se ponía nerviosa. Ella solo quería que Valentina estuviera a su lado, alentándola cada vez que dudar.

Una semana antes del concurso, Valentina notó que Sofía no practicaba tanto como le gustaría. Entonces, decidió hacer algo para ayudar a su amiga. Un día, se acercó a su casa con una idea brillante.

"Sofía, ¿quieres que ensayemos juntas? Puedo hacer un baile que combine con tu música. ¡Sería impresionante!" - propuso Valentina.

Sofía se sorprendió,

"¿De verdad? No pensé que combinar bailar y tocar piano fuera posible..." - respondió.

"¡Claro que sí! ¡Podemos crear algo único!" - insistió Valentina, y así empezó el proceso de ensayo.

Cada tarde, las chicas se reunían. Valentina aprendió a tocar algunas notas en el piano, mientras Sofía se iba soltando cada vez más al bailar y compartir su música. Por primera vez, Sofía se sintió segura y enérgica, y Valentina descubrió la belleza de la melodía que salía del piano.

Finalmente, llegó el gran día. La escuela estaba llena de risas y nervios. Cuando las chicas subieron al escenario, el público las recibió con aplausos, pero Sofía sentía que su corazón latía con fuerza.

"¡No te preocupes, estamos juntas!" - le dijo Valentina en voz baja. Al comenzar, Valentina bailó con alegría, mientras Sofía tocaba el piano con una melodía suave y hermosa que llenó el aire. Poco a poco, a medida que se movían juntas, Sofía se dio cuenta de que el miedo se desvanecía y que la música conectaba sus corazones.

Al finalizar, el auditorio estalló en aplausos. Valentina abrazó a Sofía,

"¡Lo hiciste increíble!" - exclamó. Sofía sonrió, sintiendo que había superado su miedo.

El concurso terminó, y aunque no ganaron el primer lugar, recibieron el premio a la presentación más creativa. Valentina y Sofía se miraron y comprendieron que lo importante no era ganar, sino disfrutar juntas del proceso y superar sus diferencias.

A partir de ese día, Valentina y Sofía no solo se convirtieron en un ejemplo de amistad, sino también de que, aunque seamos diferentes, las diferencias pueden unirnos y hacernos brillar aún más.

"Gracias por creer en mí, Valen" - le dijo Sofía.

"Y gracias por ser tan talentosa, Sofi" - respondió Valentina sonriendo. Juntas, decidieron seguir explorando el mundo con sus talentos únicos y aprender una de la otra, disfrutando de la belleza de su amistad.

FIN.

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