Amistad por encima del amor


Leidy, Nikoll y Yeraldin eran las mejores amigas del mundo. Se conocían desde el jardín de infantes y habían pasado por todas las etapas de la vida juntas.

Ahora, ya en la escuela primaria, habían comenzado a notar que algunos niños les prestaban más atención que otros. Un día, mientras jugaban en el parque después de clases, se dieron cuenta de que tres chicos las estaban mirando fijamente. Eran sus admiradores secretos: Juan, Lucas y Diego.

- ¿Ustedes también los ven? - preguntó Leidy. - Sí -respondió Nikoll-. Y creo que están tratando de llamar nuestra atención.

- Entonces vamos a acercarnos -dijo Yeraldin con decisión- ¡No hay nada mejor que hacer amigos nuevos! Las chicas se acercaron tímidamente a los chicos y comenzaron a hablarles. Descubrieron que tenían muchas cosas en común: les gustaba jugar al fútbol, ver películas de superhéroes y comer pizza.

A partir de ese día, los seis amigos se volvieron inseparables. Jugaban juntos todos los días después del colegio e intercambiaban mensajes por WhatsApp durante todo el fin de semana. Pero no todo era perfecto: pronto descubrieron que había un problema entre ellos.

Juan estaba enamorado locamente de Leidy; Lucas tenía una gran debilidad por Nikoll; y Diego no podía evitar sentir mariposas en el estómago cada vez que veía a Yeraldin. Esto causaba un poco de tensión entre ellos cuando estaban todos juntos.

Un día, mientras caminaban hacia casa después del colegio, Juan decidió hablar abiertamente con Leidy. - Leidy, tengo que contarte algo -dijo nerviosamente-. Me gusta mucho estar contigo. Eres tan divertida y linda, y me encantaría ser más que amigos.

Leidy se sonrojó y no supo qué decir al principio. Pero luego recordó lo importante que era la amistad para ella. - Juan, eres un gran amigo -respondió sinceramente-. Pero no estoy lista para tener novio todavía.

Quiero seguir siendo amigos por ahora, ¿está bien? Juan asintió con tristeza pero también con respeto.

A partir de ahí, las cosas fueron más fáciles: Lucas y Diego también hablaron con Nikoll y Yeraldin sobre sus sentimientos, pero recibieron respuestas similares a las de Juan. Con el tiempo, los seis amigos aprendieron a aceptar sus sentimientos sin dejar que afectaran su amistad. Descubrieron que el amor podía ser complicado a veces, pero la amistad verdadera era aún más valiosa.

Y así fue como Leidy, Nikoll y Yeraldin descubrieron una lección muy importante: nunca hay que dejar que los sentimientos románticos arruinen una buena amistad. Siempre es mejor hablar abierta y honestamente entre amigos para encontrar soluciones juntos.

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