Amistad Sabia



Había una vez, en la escuela "Los Pequeños Sabios", una niña llamada Sofía. Sofía era una estudiante excepcional, siempre se esforzaba por sacar las mejores notas y aprender todo lo que podía.

Pero había dos niños en su clase que constantemente la fastidiaban: Lucas y Martín. Lucas y Martín eran muy traviesos y les encantaba molestar a los demás.

Siempre se burlaban de Sofía por ser tan aplicada y le decían cosas hirientes como: "Eres una empollona" o "No tienes vida social porque solo piensas en estudiar". Sofía intentaba ignorarlos, pero cada día se sentía más triste e incomprendida. No entendía por qué Lucas y Martín no valoraban el esfuerzo que ella ponía en sus estudios.

Un día, mientras estaba en el parque después de clases, Sofía conoció a un señor muy sabio llamado Don Ernesto. Don Ernesto era un viejito amable que solía sentarse en un banco del parque para leer libros.

Sofía decidió acercarse a él y contarle sobre su situación en la escuela. Don Ernesto sonrió y le dijo: "Querida Sofía, recuerda siempre que tu inteligencia no define quién eres como persona. Eres valiosa tal como eres".

Aquellas palabras resonaron fuertemente en el corazón de Sofía. A partir de ese momento, decidió enfrentar la situación con Lucas y Martín de manera diferente.

Al día siguiente, cuando los niños empezaron a fastidiarla nuevamente, Sofía respondió con amabilidad: "-Hola chicos ¿qué tal su día?". Lucas y Martín se quedaron sorprendidos por la respuesta. Nunca esperaron que Sofía les hablara de esa manera. Poco a poco, Sofía comenzó a entablar conversaciones con ellos.

Descubrió que tenían intereses en común, como los deportes y los videojuegos. Comenzaron a compartir sus experiencias y opiniones, descubriendo que no eran tan diferentes después de todo.

Con el tiempo, Lucas y Martín se dieron cuenta de lo talentosa e inteligente que era Sofía. Empezaron a admirarla por su determinación y esfuerzo en los estudios. Se disculparon sinceramente por todas las veces que la habían fastidiado. Desde ese momento, los tres niños se convirtieron en grandes amigos.

Juntos formaron un equipo en el cual cada uno podía aprender del otro. Lucas y Martín también comenzaron a poner más atención en sus estudios gracias al ejemplo de Sofía.

La noticia sobre esta amistad inesperada se extendió por toda la escuela "Los Pequeños Sabios". Los demás estudiantes aprendieron una valiosa lección sobre la importancia del respeto mutuo y cómo las diferencias pueden unirnos en lugar de separarnos.

Sofía demostró que ser una excelente estudiante no significa dejar de lado otras facetas importantes de la vida, como el juego y la amistad. Todos aprendieron a valorar las habilidades únicas de cada uno y a trabajar juntos para alcanzar metas comunes.

Y así termina nuestra historia, recordándonos siempre que no importa cuántas dificultades enfrentemos, siempre podemos encontrar una solución pacífica si nos acercamos con amabilidad y respeto hacia los demás.

FIN.

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