Amistad Virtual



Había una vez una adolecente llamada Sofía, quien vivía en un pequeño pueblo de Argentina. A pesar de ser muy inteligente y amigable, tenía una gran debilidad: aceptaba y hablaba con personas desconocidas en sus redes sociales.

Sofía pasaba horas frente a su computadora o teléfono, chateando con personas que nunca había visto antes. Aunque sus padres le advertían sobre los peligros de interactuar con extraños en línea, ella pensaba que no le pasaría nada malo.

Un día, mientras navegaba por su perfil de redes sociales, Sofía recibió una solicitud de amistad de alguien llamado Martín. Sin pensarlo dos veces, aceptó la solicitud y comenzó a conversar con él.

Martín parecía simpático y divertido; compartían muchos intereses en común. "Hola Sofi! ¿Cómo estás?"- saludó Martín. "¡Hola Martín! Estoy bien, gracias. ¿Y tú? ¿De dónde eres?"- respondió Sofía emocionada. Martín le contó que también vivía en Argentina pero en otra ciudad cercana.

Parecían llevarse genial y empezaron a hablar todos los días. Pero lo que Sofía no sabía era que Martín no era quien decía ser. Un mes después, Martín invitó a Sofía a conocerlo personalmente en un parque cercano.

Ella estaba entusiasmada pero también un poco asustada por encontrarse con alguien desconocido. Cuando llegó al parque, se sorprendió al ver que allí estaba Juanita, su mejor amiga desde la infancia junto a un grupo de personas conocidas del pueblo.

"¡Sorpresa!"- gritaron todos a la vez. Sofía estaba confundida y les preguntó qué estaba pasando.

Juanita le explicó que ella había creado el perfil falso de Martín para enseñarle una lección sobre los peligros de hablar con extraños en línea. "Sofi, queríamos demostrarte que no siempre puedes confiar en las personas que conoces por internet. No sabemos quién está detrás de esa pantalla y qué intenciones pueden tener"- dijo Juanita con preocupación.

Sofía se sintió avergonzada y triste por haber caído en la trampa. Pero también aprendió una valiosa lección sobre la importancia de protegerse en línea.

A partir de ese día, ella decidió ser más cuidadosa al aceptar solicitudes de amistad y hablar con personas desconocidas. Con el tiempo, Sofía se convirtió en una defensora del uso seguro de las redes sociales. Organizó charlas en su escuela para concientizar a sus compañeros sobre los riesgos y cómo protegerse adecuadamente.

También creó un grupo online donde compartía consejos útiles sobre privacidad y seguridad digital. La historia de Sofía fue un ejemplo inspirador para todos los jóvenes del pueblo, quienes aprendieron a ser más cautelosos al navegar por internet.

Y así, gracias a su experiencia, Sofía logró convertir un error en algo positivo que ayudaría a muchos otros adolescentes a mantenerse seguros mientras disfrutaban del mundo virtual.

FIN.

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