Amistad y emoción



Había una vez un estudiante llamado Tomás que estaba a punto de comenzar su primer día en la facultad. Estaba emocionado por esta nueva etapa en su vida, pero también se sentía nervioso por lo desconocido que le esperaba.

Tomás se levantó temprano aquella mañana, se vistió con su mejor ropa y desayunó con ansias. Antes de salir de casa, su mamá le dio un abrazo y unas palabras de aliento: "Confío en ti, Tomás.

Vas a brillar en la universidad". Al llegar a la facultad, Tomás sintió un nudo en el estómago al ver a tantas personas desconocidas y escuchar el bullicio del lugar. Sin embargo, decidió respirar profundo y adentrarse en esta nueva aventura.

Pronto, mientras caminaba por los pasillos buscando su primera clase, se encontró con Martina, una chica muy simpática que también estaba perdida. Se presentaron y juntos lograron encontrar la sala donde debían estar.

"¡Hola! Soy Martina", dijo ella con una sonrisa cálida. "Hola Martina, soy Tomás. ¡Qué bueno encontrarte aquí!", respondió él aliviado. Durante la clase, Tomás conoció al profesor Ramírez, quien resultó ser muy divertido y apasionado por su materia.

A pesar de los nervios iniciales, Tomás se sintió inspirado por las palabras del profesor y empezó a darse cuenta de que la universidad no era tan intimidante como pensaba.

Al finalizar la jornada académica, Martina invitó a Tomás a conocer el club de teatro universitario donde ella participaba. Allí conocieron a Lucas, un chico extrovertido que los recibió con entusiasmo y los animó a unirse a las actividades del club.

"¡Bienvenidos! En este club vivirán experiencias únicas y harán amigos para toda la vida", les dijo Lucas emocionado. Tomás se dio cuenta de que había encontrado un grupo especial de amigos que lo apoyarían en esta nueva etapa.

La vida universitaria resultó ser mucho más emocionante y llena de oportunidades de lo que él había imaginado. Con el corazón lleno de alegría y motivación, Tomás regresó a casa al final del día para contarle todo a su mamá. Ella lo escuchaba atentamente mientras sonreía orgullosa: "Te dije que ibas a brillar".

Y así fue como Tomás superó sus nervios iniciales, encontró nuevos amigos e descubrió todo un mundo nuevo por explorar en la facultad. Cada día sería una aventura llena de aprendizajes y crecimiento personal para él.

FIN.

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