Amor en la diversidad
Johana estaba en su último año de secundaria y sentía que algo le faltaba en su vida. A pesar de tener buenas notas, amigos y una familia amorosa, había algo que la hacía sentir incompleta.
Un día, mientras caminaba por los pasillos del colegio, vio a Leticia. Era una chica nueva en la escuela y Johana sintió un cosquilleo en el estómago al verla.
No sabía qué significaba ese sentimiento pero se dio cuenta de que no podía dejar de pensar en ella. Con el tiempo, Johana y Leticia se hicieron amigas cercanas y comenzaron a pasar más tiempo juntas. Johana descubrió que lo que sentía era amor, algo que nunca antes había experimentado.
Pero tenía miedo de decirle sus sentimientos a Leticia porque no sabía cómo reaccionaría. Un día, durante una salida escolar al campo, Johana decidió confesarle todo a Leticia. Temblando de nerviosismo, le dijo: "Leticia... tengo algo importante que decirte".
—"Dime" , respondió Leticia con curiosidad. Johana tomó aire profundamente e hizo su confesión: "Estoy enamorada de ti". Hubo un silencio incómodo entre las dos chicas hasta que finalmente Leticia habló: "Johana... yo también estoy enamorada de ti".
Las dos chicas se abrazaron emocionadas y felices por haber encontrado el amor mutuo. Sin embargo, pronto descubrieron que no todos aceptaban su relación como algo natural y normal.
Algunos compañeros del colegio las miraban mal o les hacían comentarios despectivos detrás de su espalda. Incluso algunos profesores les hacían sentir incómodas con sus actitudes y comentarios. Pero Johana y Leticia no se dejaron vencer por la intolerancia de los demás.
Decidieron hablar con el director del colegio para que tomaran medidas al respecto y lograron crear un grupo de estudiantes que promoviera la inclusión y el respeto hacia las personas LGBT+.
Johana aprendió que el amor es algo hermoso e importante, pero también entendió que hay muchas personas que aún no lo comprenden o lo aceptan. A pesar de eso, ella decidió luchar por su felicidad junto a Leticia y demostrarle al mundo que el amor no tiene género ni orientación sexual.
Y así, Johana terminó la secundaria sabiendo quién era realmente y sintiéndose orgullosa de ser quien era. Junto a Leticia, había encontrado su lugar en el mundo y estaba lista para enfrentar cualquier obstáculo juntas.
FIN.