Amor en Miaumiau



En un pequeño pueblo llamado Miaumiau, vivía Kelly, una gata gris y blanca que siempre había sido muy solitaria. Pasaba sus días recorriendo los tejados de las casas y observando a los otros animales jugar juntos en el parque.

Aunque le encantaba verlos felices, ella se sentía triste por no tener a nadie con quien compartir su vida.

Un día, mientras paseaba por la plaza del pueblo, Kelly vio a un gato negro muy guapo que estaba jugando con una mariposa. Desde ese momento, su corazón empezó a latir más rápido y supo que había encontrado al amor de su vida. - ¡Hola! Soy Kelly, ¿y tú? -maulló tímidamente la gata acercándose al gato negro.

- ¡Hola Kelly! Yo soy Max. ¿Te gustaría jugar conmigo? -respondió el gato con una sonrisa amable. Desde ese día, Kelly y Max se volvieron inseparables. Jugaron juntos, exploraron el pueblo y compartieron largas siestas bajo el sol.

La tristeza de Kelly se desvaneció por completo y ahora su corazón rebosaba alegría. Pero un día, mientras caminaban por el bosque cercano al pueblo, escucharon unos maullidos desesperados provenientes de un árbol alto.

Era un pajarito que había caído de su nido y no podía regresar. - ¡Oh no! ¿Qué podemos hacer para ayudarlo? -preguntó preocupada Kelly. Max miró hacia arriba y vio que el nido estaba fuera del alcance de sus patitas. Entonces tuvo una idea brillante.

- ¡Espera aquí! Voy a buscar algo para ayudar al pajarito -dijo Max antes de salir corriendo hacia el pueblo. Minutos después regresó con una larga rama en la boca.

Con cuidado, lograron empujar el nido hasta donde estaba el pajarito y este pudo subir sin problemas. El pájaro les dio las gracias cantando alegremente antes de reunirse con su familia en lo alto del árbol. Kelly miró a Max con admiración y cariño en sus ojos.

- Gracias por ser tan valiente y solidario. Eres todo lo que siempre soñé encontrar en alguien -le dijo emocionada la gata gris mientras frotaba su cabeza contra la del gato negro.

Max sonrió tiernamente y le respondió:- No hay nada que me haga más feliz que estar contigo, Kelly. Juntos somos imparables cuando trabajamos en equipo para ayudar a los demás. Desde entonces, Kelly y Max se convirtieron en los héroes del pueblo Miaumiau.

Siempre estaban dispuestos a tender una pata amiga a quienes lo necesitaran y demostraron que juntos podían superar cualquier obstáculo.

Y así fue como la historia de amor entre una gata solitaria y un valiente gato negro inspiró a todos los habitantes del lugar a ser mejores personas cada día.

FIN.

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