Amor en Villa Feliz
En un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, vivía una chica llamada Valentina. Desde que era pequeña, le gustaba mucho un amigo de la escuela llamado Lucas. Siempre le hacía regalos hechos a mano para demostrarle su cariño.
Un día, Lucas invitó a Valentina a ver una película en el cine del pueblo. Durante la película, se miraron a los ojos y finalmente se dieron un beso.
Fue como si el mundo se detuviera por un momento para ellos dos. Después de ese día, Valentina y Lucas comenzaron a salir juntos y su amor creció cada día más. Pasaron muchos momentos felices juntos hasta que decidieron casarse en una hermosa ceremonia rodeados de familiares y amigos.
Poco tiempo después, Valentina quedó embarazada y tuvieron unos bonitos bebés: una niña a la que llamaron Sofía y un niño al que nombraron Santiago.
La familia estaba llena de amor y alegría con la llegada de los nuevos integrantes. Sofía era una niña muy curiosa e inteligente, siempre dispuesta a ayudar a los demás. Por otro lado, Santiago era muy travieso pero también muy cariñoso con todos los que lo rodeaban.
Un día soleado, mientras paseaban por el parque como familia, Sofía y Santiago se separaron un poco del grupo sin darse cuenta. Se adentraron en un camino desconocido hasta perderse de vista.
Valentina y Lucas comenzaron a buscar desesperadamente a sus hijos por todo el parque sin éxito. Estaban preocupados pero confiaban en que encontrarían a Sofía y Santiago sanos y salvos.
Finalmente, luego de seguir pistas dejadas por los niños (ramitas rotas en el suelo), lograron dar con ellos escondidos detrás de unos arbustos. Los pequeños estaban asustados pero ilesos. "¡Sofía! ¡Santiago! ¿Están bien?" -preguntó Valentina entre lágrimas de emoción al abrazarlos fuertemente. "Lo siento mamá, papá... nos perdimos", dijo Sofía avergonzada pero aliviada al mismo tiempo.
"No importa cariño, lo importante es que están bien", respondió Lucas acariciando sus cabezas. Desde ese día, la familia aprendió la importancia de estar siempre juntos y cuidarse mutuamente.
Apreciaban cada momento compartido sabiendo que el amor familiar era lo más valioso que tenían en sus vidas. Y así continuaron viviendo felices para siempre en Villa Feliz, construyendo recuerdos inolvidables como una familia unida.
FIN.