Amor entre amigos



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, tres amigos inseparables: Thiago, Franco e Iara. Juntos pasaban sus días explorando el bosque, construyendo fuertes y compartiendo risas. Eran conocidos por su amistad inquebrantable.

Un día, mientras jugaban cerca de un río, encontraron una hermosa almeja marina brillante. Quedaron maravillados por su belleza y decidieron que sería el símbolo de su amistad. Cada uno se comprometió a cuidarla y mantenerla segura.

Sin embargo, a medida que los años pasaron, algo comenzó a cambiar entre ellos. Thiago empezó a sentir algo más que amistad hacia Iara.

No podía evitar sonrojarse cada vez que ella estaba cerca y sentía mariposas en el estómago cuando le hablaba. Pero tenía miedo de confesarle sus sentimientos porque temía perder la amistad de ambos. Franco también notó el cambio en Thiago y comenzó a sentir celos.

Se dio cuenta de que había desarrollado sentimientos más profundos hacia Iara también y no sabía cómo lidiar con esa situación sin lastimar a su amigo. Un día, durante un paseo por el bosque, la tensión entre los tres era palpable.

Ninguno se atrevía a hablar sobre lo que realmente estaba sucediendo en sus corazones hasta que Iara finalmente rompió el silencio. "Chicos, sé que hay algo extraño entre nosotros últimamente", dijo Iara con tristeza en sus ojos "-Me importan mucho los dos y quiero saber qué está pasando".

Thiago miró a Franco y luego a Iara. Tomó una profunda respiración y decidió ser honesto. "Iara, tengo que confesarte algo", dijo Thiago con timidez "-He desarrollado sentimientos más profundos hacia ti. Pero no quiero arruinar nuestra amistad".

Franco suspiró aliviado de que finalmente se hubiera dicho la verdad y decidió también compartir sus sentimientos. "Yo también siento lo mismo por ti, Iara", admitió Franco "-Pero nuestro amor no debe romper nuestra amistad".

Iara miró a los dos chicos con ternura y comprensión en sus ojos. "Chicos, sé lo mucho que valoramos nuestra amistad", dijo Iara "-No quiero perder eso. Pero también me he dado cuenta de que tengo sentimientos especiales hacia ambos".

Los tres amigos se dieron cuenta de que estaban en una situación complicada, pero decidieron buscar una solución juntos. Pasaron días pensando en cómo podrían superar este conflicto sin dañarse mutuamente.

Finalmente, llegaron a un acuerdo: seguirían siendo amigos cercanos y apoyándose mutuamente sin dejar que el amor romántico interfiriera. A medida que crecieron juntos, aprendieron valiosas lecciones sobre el amor y la amistad. Aprendieron a respetar los sentimientos de cada uno y a comunicarse abierta y sinceramente.

Descubrieron que el verdadero amor no siempre tiene que ser romántico; puede manifestarse en diferentes formas dentro de una amistad fuerte.

Con el tiempo, encontraron parejas compatibles fuera de su grupo de amigos, pero nunca dejaron de apoyarse mutuamente en todas las etapas de la vida. La almeja marina se convirtió en un símbolo de su amistad duradera y recordatorio de que el amor verdadero puede existir sin romper los lazos más importantes.

Y así, Thiago, Franco e Iara vivieron felices para siempre, manteniendo una amistad inquebrantable basada en el respeto y la comprensión.

FIN.

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