Amor eterno
Había una vez un abuelo llamado José Luis. Era alto y sabio, con una gran barba blanca que le daba un aire de sabiduría.
Era el papá de Meli y Estefi, dos niñas adorables que lo amaban con todo su corazón. José Luis era también esposo de Alicia, una mujer cariñosa y comprensiva. Juntos formaban una familia muy unida y feliz.
Abuelo José Luis era conocido por ser un experto en hacer cuentas, siempre ayudaba a las personas con sus problemas matemáticos. Pero además de su habilidad con los números, José Luis era maestro e ídolo para muchos jóvenes del vecindario. Siempre estaba dispuesto a enseñarles cosas nuevas y a compartir sus conocimientos.
Además, Abuelo José Luis tenía dos grandes pasiones en la vida: la música y el fútbol. Le encantaba tocar la guitarra y cantar canciones tradicionales argentinas. Y como buen hincha de Boca Juniors, no se perdía ningún partido del equipo.
Un día, mientras disfrutaba de un partido de fútbol en la televisión, Abuelo José Luis sintió algo extraño en su corazón y cayó al suelo sin fuerzas.
Fue llevado rápidamente al hospital donde los médicos hicieron todo lo posible por salvarlo, pero desafortunadamente no pudieron hacer nada. La noticia de su partida dejó a toda la familia destrozada. Meli y Estefi lloraron durante días sin entender cómo podían vivir sin él.
Pero Alicia les recordó que aunque Abuelo José Luis ya no estuviera físicamente presente, siempre estaría cuidándolos desde su estrella en el cielo. Los días pasaron y la tristeza comenzó a disminuir.
Las niñas recordaban con cariño las lecciones que Abuelo José Luis les había enseñado y se esforzaban por aplicarlas en su vida diaria. Un día, mientras Meli estaba haciendo sus tareas de matemáticas, se encontró con un problema muy difícil. Estuvo pensando durante mucho tiempo sin encontrar la solución.
De repente, una voz suave pero firme resonó en su cabeza: "Recuerda lo que te enseñé sobre los números". Meli sonrió, sabía exactamente qué hacer y resolvió el problema rápidamente. Estefi también recibió consejos especiales de Abuelo José Luis.
Cuando tenía miedo de enfrentarse a nuevos desafíos, podía escucharlo decirle: "Confía en ti misma, eres capaz de lograr cualquier cosa que te propongas".
Con esas palabras en mente, Estefi superaba todos sus miedos y siempre daba lo mejor de sí misma. Con el paso del tiempo, Meli y Estefi se convirtieron en jóvenes inteligentes y valientes. Siguiendo los ejemplos de su abuelo amado, ayudaron a otros niños con sus estudios y compartieron sus conocimientos como él lo hacía.
Abuelo José Luis dejó un legado muy importante para sus nietas. Les enseñó a ser buenas personas, a nunca dejar de aprender y a disfrutar cada momento de la vida.
Aunque ya no pudieran verlo físicamente, siempre sentían su amor incondicional y eso las llenaba de felicidad. Así termina esta historia, con el recuerdo de un abuelo especial que dejó una huella imborrable en la vida de Meli y Estefi.
Y aunque ya no esté presente, su espíritu vive a través de sus enseñanzas y del amor que compartieron juntos.
FIN.