Amor Infinito


En una dulce mañana de primavera, en un pequeño pueblo argentino llamado Villa Esperanza, una mamá embarazada caminaba lentamente por el parque mientras acariciaba su abultada pancita.

El sol brillaba en el cielo y las flores bailaban con la brisa suave. De repente, desde lo más profundo de su vientre, el bebé por nacer sintió curiosidad y decidió hablarle a su mami. "Mami, ¿quién me cuidará cuando nazca?", preguntó el bebé con voz tierna y juguetona.

La mamá se detuvo y sonrió amorosamente. Sabía que era hora de explicarle a su pequeñito cómo serían sus días una vez que llegara al mundo.

"Querido bebé", respondió la mamá con ternura, "cuando nazcas, tendrás todo un equipo maravilloso para cuidarte". El bebé se movió emocionado dentro del vientre materno mientras escuchaba atentamente. "Tendrás a papá", continuó la mamá. "Él será tu compañero de juegos y te enseñará cosas nuevas cada día. Serán los mejores amigos".

El bebé sonrió imaginando todas las aventuras que tendría junto a papá. "Además", agregó la mamá, "tendrás a tus abuelos. Ellos serán tus protectores y siempre estarán ahí cuando necesites cariño o un buen consejo".

El bebé imaginó los abrazos cálidos de sus abuelitos y se llenó de alegría. "Y no puedo olvidarme de tus tíos", dijo la mamá entusiasmada. "Ellos serán tus cómplices en travesuras y te enseñarán a reír sin parar".

El bebé rió dentro del vientre, emocionado por tener tíos tan divertidos. "Pero eso no es todo", continuó la mamá con una sonrisa misteriosa. "Tendrás amigos, muchos amigos que te querrán y jugarán contigo hasta que el sol se oculte".

El bebé imaginó risas y juegos interminables junto a sus nuevos amiguitos. "Y lo más importante", dijo la mamá mientras acariciaba su pancita, "tendrás a mí. Siempre estaré aquí para cuidarte, amarte y enseñarte todo lo que necesitas saber para ser una personita feliz".

El bebé se sintió abrazado por el amor de su mamá y supo que siempre estaría seguro en sus brazos. Los días pasaron rápidamente y llegó el momento del nacimiento.

En un pequeño hospital de Villa Esperanza, el bebé finalmente vio la luz del mundo. Sus ojitos curiosos se encontraron con los rostros sonrientes de papá, abuelos, tíos y amigos. Y en medio de todos ellos estaba su mamá, radiante de felicidad.

A medida que crecía, el bebé descubrió un mundo lleno de amor, diversión y aprendizaje. Cada día era una nueva aventura rodeado de personas especiales que le mostraban todo lo maravilloso que había en la vida.

Y así fue como aquel bebé por nacer encontró respuesta a su pregunta: tenía un ejército entero esperándolo para cuidarlo, protegerlo y amarlo. La historia de este bebé, como la de todos los niños del mundo, es una historia llena de amor y esperanza.

Porque nunca están solos, siempre hay alguien dispuesto a cuidarlos y acompañarlos en cada paso que dan. Y así, con el cariño y apoyo de quienes los rodean, pueden crecer felices y convertirse en personas valientes y fuertes.

Y así fue cómo el bebé por nacer descubrió que su vida estaba llena de amor desde antes de llegar al mundo.

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