Amor más allá de los reinos



Había una vez en el Olimpo, la diosa Afrodita, conocida por ser la más hermosa y encargada de propagar el amor entre los mortales y los dioses.

Pero un día, algo extraño sucedió en su corazón: se enamoró del rey de los demonios, Dust. Afrodita sabía que muchos no estarían de acuerdo con este amor imposible, especialmente sus amigos más cercanos. Por eso decidió mantenerlo en secreto.

Un día, mientras caminaba por el Olimpo con Dust a su lado, se encontraron con Hermes, uno de sus amigos más cercanos. Al verlos juntos, Hermes se sorprendió y le dijo a Afrodita:- ¿Qué estás haciendo Afrodita? No puedes estar enamorada de alguien como él. Él es un demonio.

Afrodita respondió con valentía:- Sé que es un demonio pero también sé que es bueno y me hace feliz. Hermes no estaba convencido pero decidió respetar la decisión de su amiga.

Pero pronto otros dioses comenzaron a enterarse del romance entre Afrodita y Dust y empezaron a criticarla sin piedad. Incluso Ares, el dios de la guerra quien siempre había estado enamorado de ella intentó separarlos diciéndole cosas terribles sobre Dust.

Afrodita comenzó a sentirse triste e incomprendida por todos sus amigos pero nunca dejó que eso afectara su amor por Dust. Ella sabía que el amor no tenía barreras ni prejuicios. Un día mientras caminaban juntos por el bosque escucharon unos llantos desgarradores provenientes del río cercano.

Al acercarse vieron a una hermosa ninfa atrapada en el agua. Dust no dudó ni un segundo y saltó al río para salvarla.

Afrodita estaba orgullosa de su amado, quien había demostrado que era más que un demonio, sino un ser valiente y bondadoso. Desde ese día, los dioses empezaron a ver a Dust con otros ojos y poco a poco aceptaron la relación entre Afrodita y él. Incluso Ares se disculpó por haber intentado separarlos.

Afrodita aprendió que el amor verdadero es aquel que supera cualquier obstáculo y prejuicio. Y gracias a su amor por Dust, logró cambiar la mentalidad de sus amigos y demostrarles que las apariencias engañan.

Y así vivieron felices para siempre, Afrodita junto a su amado Dust, sin importar lo que opinaran los demás.

FIN.

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