Amor Real


Había una vez en un reino lejano, donde la magia y la fantasía se entrelazaban con el día a día de sus habitantes. En este reino, existían dos familias enemigas desde hace generaciones: los Dorado y los Rojo.

Los Dorado eran una familia real que vivía en un majestuoso castillo dorado, mientras que los Rojo eran plebeyos que residían en pequeñas casas humildes. La rivalidad entre ambas familias había perdurado por años, alimentada por malentendidos y prejuicios.

En medio de esta disputa, había dos jóvenes príncipes llamados Alejandro Dorado y Sofía Rojo. Aunque crecieron siendo enseñados a odiarse mutuamente por sus respectivas familias, ellos sentían algo diferente cuando se encontraban.

Una conexión especial que iba más allá del odio infundido. Un día, durante una feria anual celebrada en el reino, Alejandro decidió escapar disfrazado para mezclarse entre los plebeyos y conocer cómo era realmente su pueblo.

Fue entonces cuando se topó con Sofía vestida como una simple costurera. - ¡Perdona! -exclamó Alejandro al tropezar con ella. - No hay problema -respondió Sofía amablemente-. ¿Eres nuevo aquí? Alejandro asintió sin revelar su verdadera identidad y ambos comenzaron a conversar animadamente sobre las maravillas del reino.

Poco a poco, fueron olvidando sus diferencias y descubrieron intereses comunes: la música, la pintura y el amor por las historias fantásticas. A medida que pasaban los días, Alejandro y Sofía se encontraban en secreto.

Se reunían en un castillo abandonado en las afueras del reino, donde podían escapar de la realidad y vivir su propia fantasía. Mientras tanto, los reyes de ambos lados estaban preocupados por el futuro de sus familias.

Ambos deseaban que sus hijos se casaran con alguien de su misma sangre real para mantener la tradición y el poder. Sin embargo, ninguno de ellos sabía sobre el amor secreto entre Alejandro y Sofía.

Un día, mientras paseaban por los jardines del castillo dorado, Alejandro decidió confesarle a su padre sobre su relación con Sofía. Temiendo la reacción negativa del rey Dorado, estaba dispuesto a enfrentar cualquier consecuencia. Para sorpresa de Alejandro, el rey no se enfadó ni mostró disgusto alguno.

En cambio, reveló un antiguo secreto: él también había amado a una plebeya cuando era joven. - El amor no tiene barreras sociales ni títulos nobiliarios -dijo el rey-.

Si realmente amas a esta chica y ella te ama a ti, entonces debes seguir tu corazón. Con estas palabras resonando en su mente, Alejandro se dirigió al pueblo para buscar a Sofía y contarle todo lo que había ocurrido.

Juntos decidieron enfrentar a sus familias y luchar por su amor. Cuando finalmente revelaron la verdad ante todos los habitantes del reino, hubo un silencio momentáneo seguido por murmullos llenos de sorpresa. Pero poco a poco esos murmullos fueron transformándose en aplausos y vítores.

Los Dorado y los Rojo, finalmente, decidieron dejar de lado sus diferencias y abrazar la unidad y el amor. Los castillos en el aire se convirtieron en castillos en la tierra, donde artistas de ambos lados trabajaban juntos para crear un mundo mejor.

Y así, Alejandro y Sofía demostraron que el amor verdadero puede superar cualquier barrera social o prejuicio. Su historia inspiró a los demás a aceptar las diferencias y encontrar la belleza en la diversidad.

Desde aquel día, el reino vivió en paz y armonía. Los Dorado y los Rojo se convirtieron en una sola familia, gobernando juntos con sabiduría e igualdad.

Y aunque muchos años han pasado desde entonces, aún se recuerda aquella historia como un recordatorio de que no importa de dónde vengamos o qué obstáculos enfrentemos; siempre podemos encontrar nuestro propio final feliz si seguimos nuestros corazones.

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